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Si la semana pasada nos quejábamos amargamente de la falta de emociones, a más de lo monótono que había resultado el Gran Premio de Francia debido fundamentalmente al dominio de Mercedes y Lewis Hamilton, siete días después todo cambió dramáticamente en el circuito Red Bull Ring, escenario del Gran Premio de Austria, novena fecha del mundial de Fórmula 1, y en donde sorprendentemente los Mercedes estuvieron fuera de ritmo, y más bien fueron los Ferrari de Charles Leclerc y el Red Bull de Max Verstappen los grandes protagonistas, sobre todo, protagonistas de un final de carrera de antología no apto para cardiacos y que, además, finalizó nuevamente en polémica tras la maniobra de adelantamiento que le dio la victoria a Verstappen sobre Leclerc a solo dos vueltas del final cuando el piloto monegasco había dominado toda la carrera desde el arranque pero, como bien dice un viejo adagio que “las carreras no se las gana hasta no recibir la bandera a cuadros primero”, por lo que nada sirve puntear toda la competencia si no se lo hace, principalmente, durante la última vuelta que es la que realmente cuenta, todo lo demás es infructuoso, y en este caso a Charles Leclerc le faltaron dos giros para ganar, mientras que Max Verstappen realizó una carrera apoteósica para llevarse su sexta victoria en F1, la primera este año, rompiendo finalmente con la hegemonía de Mercedes, y la segunda consecutiva en Austria; con un curioso antecedente, y es que Max es el único piloto hasta el día de hoy en ganar seis Grandes Premios sin haber conseguido aún su primera Pole Position. Y por el lado de Honda, es la primera victoria del constructor japonés en Fórmula 1, en este caso como motorista, desde el Gran Premio de Hungría de 2006, con Jenson Button. Sin duda una gran recompensa para Honda luego de su duro y decepcionante regreso a la F1 con Mclaren entre 2015 y 2017.
Para iniciar nuestro análisis de lo sucedido entre Verstappen y Leclerc debemos ser contundentes en el hecho de que tanto Charles como Max se merecían de igual manera la victoria. El de Ferrari porque fue el hombre a batir durante todo el fin de semana, logrando la Pole Position al vencer al propio Verstappen por casi tres décimas de segundo y anulando también a ambos pilotos de Mercedes para, ya en carrera, dominar la competencia desde que se apagaron los semáforos hasta las diez vueltas finales en que empezó a sufrir la embestida de Verstappen, fundamentalmente debido a que el monegasco tenía neumáticos 9 giros más viejos que los del holandés, por lo tanto, empezando a sentir la degradación de los mismos. Toda esta diferencia de adherencia faltante debido a un nuevo error, uno más, en la estrategia de Ferrari, que prefirió iniciar el Gran Premio con las llantas de compuesto suave en vez de hacerlo con los medios, tal como hicieron los dos Mercedes y los dos Red Bull. Esta opción obligó a Charles a entrar a pits a montar los de compuesto duro para ir hasta el final apenas pasadas las 20 vueltas de carrera mientras que Verstappen lo hizo en la vuelta 31, con lo cual estaba claro que el de Red Bull iba a tener neumáticos más frescos en los giros finales, tal como aconteció, y frente a ello Leclerc no pudo hacer mucho para defenderse de los ataques de Max que venía remontando desde atrás luego de haber tenido una pésima partida en que cayó del segundo al séptimo puesto en la primera vuelta.
Y es que, ¿quien podía haberse imaginado que íbamos a tener semejante remontada luego de tan mal arranque en que por poco y el motor Honda del Red Bull se apaga al soltar el embrague?
10 vueltas le tomó a Verstappen pasar, primero al Mclaren de Lando Norris, y luego al Alfa Romeo de Kimi Raikkonen; y a partir del cambio de neumáticos en que los de compuesto blando le cayeron “como anillo al dedo” al Red Bull es que el holandés empieza a volar luego de superar en boxes a Lewis Hamilton. En pista, primero da caza y lo pasa a Sebastian Vettel en el giro 50; en el 56 hace lo propio con Valtteri Bottas, de igual manera el finlandés penando con su llantas al límite de uso, para, en la vuelta 69 de las 71 pactadas, superar a Leclerc pero no sin antes de no dar espacio al Ferrari que lo tenía rueda contra rueda cuando juntos tomaron la curva, a más de golpearlo y sacarlo fuera de la pista. Si la maniobra de Vettel en Canadá fue sancionada, con mayor razón está también debió serlo, ¡indudablemente! ¿ Por qué razón? En la vuelta anterior, en la misma curva y exactamente de la misma manera Max hizo su primer intento de adelantamiento y ahí sí dejó el espacio suficiente para no sacar fuera de la pista a Leclerc, tal como lo estipula el Reglamento Deportivo de la FIA. No obstante, en la aceleración, gracias al menor ángulo de giro y a la mayor potencia de su motor Ferrari, Leclerc pudo mantener el primer puesto, por lo que, al siguiente intento, Verstappen alargó un poco más la frenada, arrinconó al Ferrari y lo sacó de la pista con un “golpecito”, lo cual evidentemente debió ser sancionado. No debió haber la menor discusión sobre aquello; simplemente que esta vez los comisarios deportivos ya no quisieron “complicarse la vida” teniendo como antecedente lo sucedido entre Vettel y Hamilton en Canadá, semanas atrás.
Y a propósito de Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, que esta vez dejaron el protagonismo a la nueva generación, el “pobre” Vettel realmente que anda con el santo de espaldas. Un nuevo fallo en su Ferrari (baja de presión hidráulica en el motor), durante la clasificación le obligó a largar desde la novena casilla en la grilla, por lo tanto, condicionando la posibilidad de ganar la carrera, pues el ritmo estaba ahí pero, si no se larga al frente es muy difícil poder pensar en obtener la victoria. Sin embargo, Vettel era rápido y llegó a estar tercero pero, debido a la mala decisión al respecto del compuesto de llanta escogido para arrancar la carrera, Sebastián decidió hacer una segunda parada en pits no programada por caucho fresco, la cual le hizo caer al quinto puesto al ser superado por Bottas y Hamilton. Al británico logró volverlo a alcanzar y pasar pero, le faltaron un par de vueltas más para hacer lo mismo con el finlandés, que al final se quedó con el tercer peldaño del podio.
Mientras tanto, por el lado de Hamilton, su Mercedes simplemente no se adaptó bien al trazado austriaco; a tal punto que Lewis empezó a abusar de las banquinas dañando de esta forma la trompa de su bólido que debió ser reemplazada durante el cambio de llantas. Así entonces, el quinto puesto es a lo máximo a lo que esta vez podía aspirar el pentacampeón, con lo cual queda evidenciado que ni el mejor piloto del mundo puede hacer milagros si el auto no acompaña, y Lewis lo experimentó claramente este fin de semana.
En la segunda división de esta Fórmula 1 actual, Mclaren volvió a ser la escudería más destacada con un Lando Norris terminando sexto tras una nueva gran actuación, pero mejor aún fue la remontada de su coequipero Carlos Sainz quien terminó octavo luego de verse obligado a largar último tras haber tenido que cambiar el motor Renault de su Mclaren. Impresionante el trabajo del español que pasó desapercibido debido a lo que estaba pasando adelante con Verstappen y Leclerc, pero que de todas maneras tiene que ser destacado, así como también el noveno y décimo puestos de los dos Alfa Romeo, Kimi Raikkonen por delante de Antonio Giovinazzi, el italiano consiguiendo, por fin, su primer punto en Fórmula 1.