Hamilton acaricia su quinta corona
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Entrando a la recta final de la temporada, la décima séptima válida por el del Campeonato Mundial de Fórmula 1 2018, el Gran Premio de Japón, se llevó a cabo en el siempre espectacular circuito de Susuka, uno de los preferidos de todos los pilotos, a donde Sebastián Vettel llegó con la única consigna de ganar o ganar. De hecho, con 50 puntos de desventaja en el campeonato en relación a Lewis Hamilton, para Vettel y Ferrari era imperativo ir a buscar la victoria en las cinco carreras aún en disputa, esperando que a Hamilton algo le sucediera, un abandono, por ejemplo, ya que al británico, con finalizar segundo en todas cinco le bastaría para ser campeón.
Pero,¡ que va!, no solo que los Mercedes le han tomado el pulso a los Ferrari en rendimiento y han vuelto a ser los más rápidos en pista, sino que, además, Ferrari facilita las cosas en favor de Lewis y Mercedes cometiendo error tras error, a todo nivel, desde lo estratégico hasta errores propios de conducción de sus pilotos, de Vettel en particular, para que de esta forma Hamilton se lleve una nueva victoria sin apremios, que lo convierten ya como el virtual campeón mundial 2018. Victoria # 71 en F1 para el británico, la novena en esta temporada (cuatro más que Vettel), y la sexta en las últimas siete carreras, mientras que el de Ferrari se “ha caído a pedazos”.
Desde las primeras prácticas del viernes, en Suzuka, quedó claro que “las flechas de plata” eran otra vez superiores a los Ferrari, y no solo los autos alemanes, sino los de Red Bull también, lo cual denuncia claramente y de manera sorprendente, como los ingenieros de Ferrari se han estancado en el desarrollo del SF- 70H en esta última parte del año, o se han “perdido” en la puesta a punto del mismo porque, de ser el auto más veloz en pista, ahora se ven claramente superados por sus archi rivales germanos.
Ante esta realidad y la inminente llegada de la lluvia en la clasificación, los estrategas de Ferrari intentaron una jugada bastante avezada al mandar a Vettel y Raikkonnen con llantas mixtas de lluvia a la Q3 en vista de que esta, la lluvia, estaba llegando sobre el circuito japonés. Una jugada que si les salía, sin duda que era un golpe maestro, es decir, tener las llantas de lluvia ya montadas cuando el agua llegara pero, a Ferrari fue all único que se le ocurrió esta maniobra, lo cual quiere decir que era demasiado optimista ya que, en efecto, la lluvia se demoró bastante más en aparecer. Mientras tanto, Sebastián y Kimi desperdiciaron su primer intento de vuelta rápida utilizando neumáticos para piso húmedo en pista seca aún, y, claro, cuando la lluvia finalmente llegó, los pilotos Ferrari no tenían tiempo cronometrado en piso seco sino que ya les tocó el agua para el segundo y definitivo intento de vuelta rápida. ¿La resultante? Kimi, cuarto en la grilla pero Vettel apenas noveno, es decir, ya de entrada con prácticamente nulas posibilidades de llevarse la victoria.
Definitivamente, error de apreciación o de desesperación, habría que decir, de los estrategas italianos, error que, luego, en carrera, Vettel se encargó de magnificar, ahora él con su propia precipitación, una más en este año, al intentar pasar a Verstappen en una curva en donde, entre dos autos parejos es imposible pasar, peor si el rival de turno se llama Max Verstappen. Y es que, además, ni siquiera la buena fortuna le ayuda a Sebastián ya que, cada vez que el alemán intenta una maniobra de adelantamiento al límite, él es el que lleva la peor parte. Le pasó con Bottas en Francia, con Hamilton en Italia, y esta vez con Verstappen en que, en todos los casos, el “pobre” Vettel es el que termina en trompo o con el auto averiado, o ambos. Si Sebastián hubiese tenido un poco más de paciencia y sapiencia para controlar esos demonios que lo superan ante la presión de tener que ganar, y esperar a llegar a la recta para intentar el adelantamiento sobre Verstappen, la cosa hubiese sido distinta. Con esa “tranquilidad” quizás que el alemán sí hubiese tenido una oportunidad de ir a buscar a los Mercedes, quizás, pero todo eso quedó en un supuesto. La realidad es que, al igual que en el 2017, este año, Vettel y Ferrari han dejado pasar una nueva oportunidad de reencontrarse con el título máximo.
Todo esto, al contrario de una escudería Mercedes mejor estructurada, comandada por un gran líder como lo es Toto Wolf y su equipo de ingenieros; y en pista liderada por un Lewis Hamilton intratable e imperturbable y que, adicionalmente, ya no tiene un coequipero que le complique como lo fue en su momento Nico Rosberg. Un “equipo” en todo el sentido de la palabra, que no es que no han tenido momentos difíciles en esta temporada, de hecho, los tuvieron, como en Austria, por ejemplo, con ese doble abandono de sus pilotos, o en Inglaterra y Bélgica en que fueron ampliamente superados por Ferrari pero, ante estos reveses, la escudería alemana supo reaccionar inmediatamente, recomponerse, y contraatacar con más fuerza para recuperar el liderato que es suyo desde el año 2014, es decir, desde la llegada de la era turbo – híbrida a la F1; y en Japón quedó sentado que ellos siguen siendo los reyes y que Ferrari, Red Bull, y todos los demás deberán esperar un año más para intentarlo de nuevo y ver si logran destronarlos, esa es la realidad.
Red Bull, por su parte, las características técnicas del circuito de Suzuka le cayeron muy bien al chasis RB- 14 lo que se tradujo en un excelente tercer puesto de Max Verstappen, que bien pudo ser el segundo si no es sancionado con un “stop and go” de 5 segundos por botarlo fuera de la pista a Raikkonen cuando este trató de pasarlo, durante la primera vuelta. Un nuevo error de Max producto de su fogosa e impetuosa juventud pero que, con el tiempo y la experiencia adquirida, el holandés seguro aprenderá a controlar para convertirse en ese gran campeón que evidentemente está destinado a ser.
Justo detrás, finalizó su coequipero Daniel Ricciardo que, luego de una mala clasificación, remó desde atrás para, de igual manera, demostrar de qué está hecho, ambos Red Bull finalizando por delante de los dos Ferrari, el de Kimi claramente superado en rendimiento, y el de Vettel que, tras su craso error en las primeras vueltas, logró remontar hasta el sexto puesto pero, que de nada le sirve ante el dominio de Hamilton.
Finalmente, debo destacar la extraordinaria competitividad que está teniendo la Fórmula 1 actual en el segundo pelotón, en donde Force India, Hass, Sauber, Renault, y hasta Toro Rosso se disputan palmo a palmo el honor de ser “el mejor de los segundos”, es decir, por alcanzar la séptima y octava posiciones detrás de los Mercedes, Ferrari y Red Bull, un nivel de competencia realmente impresionante, que ya quisiéramos ver regularmente también en la punta.
En Suzuka, el mejor del resto fue Force India con “Checo” Pérez en la séptima posición y Esteban Ocon en la novena, con el Hass de Romain Grosjean intercalado entre los dos; y el Renault de Carlos Sainz completando los 10 puntuantes. Esto, mientras que en el otro lado de la moneda, con mucha tristeza y nostalgia tenemos que aceptar ver a Mclaren y Williams, la segunda y tercera escuderías más laureadas en la historia de la Fórmula 1, en las últimas posiciones de la jerarquía. Una verdadera pena.
A continuación, se viene el Gran Premio de E.E.U.U, en donde, si Hamilton gana de nuevo y Vettel es solo tercero, automáticamente el británico se coronará como campeón mundial por quinta ocasión. Es una cuestión de tiempo, nada más.