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Es muy común escuchar a muchos críticos, aficionados e incluso especialistas de la Fórmula 1, decir que desde hace algunos años atrás la F1 ya no es competitiva como lo fue 15, 20 o 30 años atrás debido a que hoy “siempre ganan los mismos”, sean los pilotos de Mercedes, Ferrari o eventualmente los de Red Bull. Pero la verdad dista de ser así, es decir, efectivamente, desde hace algunos años las victorias se reparten entre menos pilotos que en el pasado pero, irónicamente, hoy en día la Fórmula 1 está más competitiva que nunca, solo basta ver las prácticas libres y la primera sesión de clasificación (Q1) que tuvimos en Australia durante la primera válida del mundial 2019 en que los 18 primeros estuvieron separados por apenas 1,7 segundos; solamente los Williams quedaron fuera de esta ecuación, a 3 segundos del más rápido, pero a 3 segundos que hace 15 o 20 años significaba tener un auto de mitad de grilla.
En efecto, desde los primeros años de F1, en 1950, hasta los años 90, es decir, durante casi 5 décadas, las diferencias a una vuelta entre el primero y el último podía llegar a ser hasta de 10 segundos, y las diferencias entre los 10 primeros a veces superaban los 2 y 3 segundos pero, es correcto también afirmar que, contradictoriamente, habían más equipos y pilotos con posibilidades de ganar carreras y, de hecho, así era: Para ser campeón del mundo no era necesario ganar la mitad de los Grandes Premios que conformaban el calendario como lo es hoy. Por ejemplo: Keke Rosberg obtuvo el título en 1982 habiendo ganado una sola carrera durante aquel año. Niki Lauda ganó el campeonato en 1975 con solo 5 victorias, en el 77 con únicamente 3, y en el 84 igualmente con 5 triunfos nada más, pero con un promedio de entre 7 y 9 pilotos ganadores de al menos un Gran Premio por temporada mientras que, hoy en día, con suerte, llegamos a 5 pilotos, siendo que además, ahora, cada vez tenemos más carreras por año.
Así entonces, ¿Cuál es la razón por la que en la actualidad, pese a que la competitividad es mucho más cerrada e igualada entre los 10 equipos y 20 autos de la F1 debido a su reglamentación técnica menos permisiva para los ingenieros que en el pasado, los ganadores sean “siempre los mismos”?
En realidad, la razón es muy sencilla: En dos palabras “la confiabilidad”, es decir, la confiabilidad mecánica puesto que, hoy en día, los autos se rompen menos, por consiguiente el número de abandonos por falla mecánica es muchísimo menor que en el pasado. Esto, gracias a los materiales que se utilizan en nuestros días en la construcción del auto, tanto en el chasis, suspensiones y carrocerías en que la fibra de carbono reina como material primordial para su manufactura, incluso para la construcción de la carcasa de la caja de cambios, como en las partes y piezas del motor en que se destaca el titanio, sin olvidarnos de la parte eléctrica y electrónica que rara vez falla.
Por otra parte, las ayudas electrónicas hacen que el piloto cada vez cometa menos errores o esté más protegido ante estos. Por ejemplo: Hasta finales de los años 80 y principios de los 90, en que todavía teníamos cajas de cambios manuales en H, era muy común para el piloto romper el motor por un mal cambio (metió tercera en vez de quinta); o el piloto bajó muy rápido de marcha y sobre revolucionó el motor. De igual manera, perder el control del auto era más fácil al no disponer de direcciones asistidas, o diferenciales ajustables electrónicamente, etc., por lo tanto, en la actualidad, un daño mecánico o un error del piloto es mucho menos común, por consiguiente, el número de autos que reciben bandera a cuadros es, a su vez, mucho más alto que en décadas pasadas, lo cual hace muy poco probable que los siete equipos que no están al nivel de los tres de punta de estos últimos años, puedan acceder al podio, y menos aún a obtener una victoria. En el 2018, solo Sergio “Checo” Pérez logró romper la hegemonía de Mercedes, Ferrari y Red Bull obteniendo el tercer puesto en Mónaco, en la única vez que un piloto no perteneciente a estas tres marcas punteras logró llegar al podio.
El dominio de una u otra marca siempre ha existido y existirá en Fórmula 1. La diferencia es que, antes, un equipo podía ser al más rápido pero no siempre gozaba de confiabilidad técnica y mecánica para ganar todas las carreras; actualmente un equipo sí puede gozar de ambos aspectos. Por ello el dominio con mayor facilidad de Ferrari con Michael Schumacher a principios de los años 2000, luego el de Red Bull con Sebastián Vettel, y ahora el de Mercedes con Lewis Hamilton. La excelente confiabilidad mecánica y electrónica de la Fórmula 1 moderna lo explica todo.