Para mucha gente, Cuba siempre ha estado bajo un régimen comunista. Sin embargo, esto no fue siempre así. Hubo un tiempo en el que los Castro, que han estado al mando de la isla durante 58 años, eran insurgentes, rebeldes. Y fue entonces cuando realizaron un acto que los incluye dentro de la historia del mundo automotriz, que es lo que nos interesa aquí: secuestrar a uno de los mejores pilotos de Fórmula Uno de todos los tiempos: el argentino Juan Manuel Fangio.
Sucedió en 1958. Cuba por entonces estaba gobernado por el dictador Fulgencio Batista, que estaba respaldado por Estados Unidos. El 23 de febrero, tal y como se había planeado con antelación, se celebró el Gran Premio de Cuba. Por aquel entonces, la lucha entre el régimen y los rebeldes comunistas era muy intensa, pero Batista insistió en que la carrera se hiciese a pesar de todo para mantener la imagen de Cuba como un sitio de recreo para ricos.
Que no era el mejor momento para llevar a cabo el Premio fue algo que se constató incluso desde antes de que empezase, cuando un piloto murió en un accidente durante las rondas previas. Luego, la carrera empezó una hora y media tarde y los contendientes solo alcanzaron a completar seis vueltas antes de que un Ferrari se saliera de la pista matando a 7 espectadores. Y solo fue al final de la competición cuando todo el mundo se percató de que Juan Manuel Fangio había desaparecido.
Qué desastre sería el evento que Fangio estaba desaparecido desde la noche anterior al Premio y nadie se había dado cuenta. Esa noche, unos hombres armados que pertenecían al movimiento 26 de julio de Castro lo secuestraron en su habitación del hotel. La intención con este secuestro era llamar la atención internacional sobre su movimiento.
Fangio pasó 29 horas cautivo. Durante ese tiempo, los rebeldes le permitieron escuchar la carrera por la radio y luego ver las consecuencias del choque en la televisión. Fangio desarrolló un caso de síndrome de Estocolmo y decidió que, aunque no le importaba la política, los chicos armados y la literatura comunista no eran cosas tan malas después de todo. Al final, sus captores le dejaron en la embajada argentina y fue amigo de ellos durante toda su vida.
A pesar de que no alcanzaron el propósito de interrumpir el desastroso Gran Premio (lo cual, viendo cómo se desarrolló, hasta habría venido bien), lo cierto es que de alguna manera el plan funcionó pues, para el pueblo cubano, que Batista no pudiera encontrar a los secuestradores era una señal de que su control del poder estaba deteriorándose. Un año después, Batista se había esfumado y el gobierno socialista controlaba la isla.
¿Y Fangio? Pues continuó con su brillante carrera, ostentando durante largo tiempo el récord de más títulos en Fórmula Uno hasta que se lo quitó en 2003 Michael Schumacher. A pesar de ello, hasta el día de hoy sigue siento el piloto con mejor promedio de victorias y el único que llegó a ganar campeonatos con cuatro escuderías distintas. Murió en Buenos Aires, en 1995 y durante su retiro fue presidente honorario de Mercedes-Benz en Argentina.
Fuente: Autoblog