Se dice que las motivaciones de las que nacen los emprendimientos suelen partir de dar solución a problemas propios. Y precisamente fue eso lo que también motivó al protagonista de nuestra historia, Adam Lansing, a crear su propio auto eléctrico, algo que derivó en la fundación de su propia compañía.
A la tierna edad de 12 años, a Lansing no se le ocurrió otra cosa que convertir un auto de gasolina en eléctrico tras ver a su hermano mayor pedir dinero a sus padres para combustible. Pero no fue cosa de un día para otro, pues al final fue algo que le tomó 6 años y mucho esfuerzo conseguir.
El proyecto arrancó cuando el padre de uno de sus amigos, tras estar charlando acerca de la conversión de autos de gasolina en eléctricos, le ofreció un Toyota Celica de 1980 que el buen hombre tenía fuera de garaje, sin motor y con la rama de un árbol creciendo a través del parachoques trasero. No es que sea precisamente la mejor manera de empezar, pero eso no detuvo Lansing. Estaba claro que el chico sabía que, cuando quieres hacer algo, lo haces con los medios que tienes a tu alcance.
2 años fue el tiempo que tardó Lansing en adquirir todas las piezas que necesitaba para hacer la conversión, a lo que hubo que añadirle 2 años más para conseguir que el auto finalmente arrancase. En todo este tiempo, según explicó el mismo, reconstruyó el Celica hasta 52 veces, llegando a trabajar jornadas de 20 horas diarias en el vehículo para arreglar los problemas que iban apareciendo: «Pero el apoyo de mi familia, mis amigos y mi novia me mantuvo a flote. Debes tener en la cabeza la meta final».
John Wayland, el fundador de Plasma Boy Racing, fue una de las inspiraciones de Lansing a la hora de embarcarse en este proyecto. Mientras investigaba acerca de los autos eléctricos, descubrió vídeos en YouTube del «White Zombie», un Datsun 1200 de 1972 que Waylan remodeló para que se impulsase por energía eléctrica para carreras de resistencia.
Precisamente, Lansing recibió el patrocinio de Plasma Boy Racing y también de Core IV, lo cual facilitó su trabajo ya que le suministraron el paquete de baterías de fosfato de hierro y litio de 30 kilovatios-hora que actualmente alimenta al Celica y que está montado en el maletero. Esto ha permitido que el Toyota tenga un alcance de 209 kilómetros.
Lansing tiene en la actualidad 18 años y se ha graduado de la Plano East High School en Texas. Lo que comenzó como prácticamente un desafío personal ha terminado convirtiéndose en una empresa: Hawkeye Innovations LLC. Por medio de ella, busca ganarse la vida haciendo conversiones de autos de gasolina a electicidad, un negocio en el que no está solo pero que está floreciendo en la actualidad y que es de esperar que crezca todavía más en los próximos años.
Fuente: Autoblog