Seamos amigos o enemigos de esta pequeña cajita, hablar de los radares de velocidad ya es entrar en polémica, y no por las cifras de su éxito, sino porque muchas veces estos aparatos han provocado que algún conductor despistado obtenga una multa. Aunque cabe mencionar que en los tramos donde son instalados se han reducido considerablemente los accidentes de tránsito.
Maurice Gatsonides, es el hombre al que debemos “agradecerle” haber inventado el radar de velocidad y antes de que lo responsabilicen por millones de multas; este entusiasta piloto e ingeniero creó el radar con un fin totalmente diferente al que actualmente conocemos. De hecho, lo construyó para ir más rápido y nunca imagino que con el pasar de los años su invento sería tan utilizado.
Nacido en Indonesia en el año 1911, Gatsonides le dedicó gran parte de su vida al automovilismo y antes de cumplir 20 años ya ganó su primera carrera, un hecho increíble, ya que en 1930 lo común era que los pilotos superen los 35 años para poder competir. Su pasión por el automóvil lo llevó incluso a fundar su propia marca de vehículos en 1938 a la cual llamó Gatso y el primer coche fue el Kwik.
Después de algunos años de fundar su marca, esta se declaró en quiebra, pues su propietario estaba concentrado casi al 100% en la competición, condenado a la marca a la desaparición. Este hecho no afectó en mucho a Gatsonides, pues en el año de 1953, ganó el famoso rally de Montecarlo.
Era tal el nivel de astucia de este piloto, que en Montecarlo para poder contrarrestar el sobre calentamiento de sus frenos; colocó a varios individuos a ambos lados de la calzada con cubos de agua. Cuando él pasaba, estos se encargaban de echar agua de los cubos a sus frenos.
Este ingeniero siempre pensó en cómo ser el más rápido, y debía crear un artefacto con el que pudiese medir la velocidad máxima en un punto de la pista y saber la posición del vehículo en ese instante; también conocer qué velocidad es óptima al tomar una curva y que forma de tomarla era más rápida. Algunos años antes de su creación ya se habían inventado las pistolas de velocidad. Sin embargo, Gatsonides quería ir más allá, e inventar disparador automático para hacer una fotografía en un momento deseado.
Para lograrlo tuvo que recurrir al efecto Doppler, para no enfrascarnos en la clase de física, se podría resumir, que es el fenómeno por el cual la frecuencia de las ondas que recibe un objeto varía con respecto a otro objeto en movimiento. Esto aplicado a los radares de velocidad, facilita conocer la velocidad a la que un auto circula.
Finalmente en 1958 el invento fue patentado por la empresa Gatsometer BV (aún existente). Rápidamente, su medidor de velocidad empezó a ser utilizado con los fines que ahora conocemos. Paradójicamente, el mismo Maurice Gatsonides fue uno de los primeros en recibir multas por excesos captados con su propio invento.
Evidentemente, una historia apasionante que muestra cómo algunos inventos que se crean acaban por tener una finalidad distinta a la original, y que cuando te percates del flash del radar ya sepas quien estuvo detrás de tan “magnífico” invento.
Fuente nota: Planeta del motor
Fuente imágenes: Planeta del motor, Motor Bit, Pyramid Consulting