Este sistema, como el que ofrece ChevyPlan, se diferencia mucho de la compra tradicional de autos. Primero, este programa de ahorro no cuenta con una cuota de entrada, sino con un valor de inscripción usado para fines administrativos. Si estás pensando que es lo mismo, solo que con diferente nombre, te equivocas. En un concesionario las cuotas de entrada van alrededor del 25% del valor total del vehículo, de modo que si quieres un carro de $20.000 dólares, tu primer gasto debe ser de $5.000 dólares y no siempre es tán fácil desembolsar esa cantidad. En la compra planificada de autos, en cambio, el valor es muchísimo más bajo, haciendo que cumplir el sueño de tener un auto nuevo sea más sencillo de alcanzar.
En segundo lugar, la compra planificada de autos no trabaja con intereses. Los intereses pueden aumentar tanto el precio de tu auto que al final de los pagos podrías cancelar cerca de $45.000 dólares, por un modelo que originalmente valía $27.000. Piensa todo lo que podrías hacer con ese dinero. ¡Tremendo ahorro!
Y por último, al ser un sistema de ahorro, las cuotas y plazos de pago se ajustan a tu bolsillo. No necesitarás hacer préstamos en el banco y endeudarte con nadie, sino depositar tus mensualidades hasta juntar el monto que necesitas para recibir las llaves del auto que habías escogido en el color de tu preferencia.
Lo mejor de todo, es que no debes esperar hasta depositar el último centavo para retirar tu nuevo vehículo. Según el contrato puedes recibirlo desde antes de la mitad de los pagos, a través de una licitación (muy similar a una subasta) o un sorteo. Así que si la suerte está de tu lado, seguro lo estarás manejando antes de que te des cuenta.
Esta es una excelente opción para adquirir tu primer vehículo, pues lo único que necesitas para empezar es agendar una cita y la copia a color de tu cédula y papeleta de votación. ¡Anímate, empieza a ahorrar desde ahora y sorprende a tu hijo con un auto nuevo el día de su graduación!