Pero las carreras hay que correrlas antes que pensar en ganarlas, y un considerable aumento en la temperatura ambiental en China, por consecuencia un asfalto más caliente, hizo que los Mercedes recuperaran su acostumbrada velocidad para ir a desafiar a los Ferrari. Por otro lado, un Safety Car en el momento justo para Red Bull hizo que Daniel Ricciardo se encontrara con la posibilidad de una magnífica victoria gracias también a la excelente reacción de su equipo para cambiar la estrategia al momento de la neutralización de la carrera.
Y es que lo que parecía estar destinado para Sebastián Vettel o Valtteri Bottas cambió totalmente de rumbo en favor de Ricciardo, de quien, arrancando apenas desde la sexta posición en la grilla, era difícil pensar que sería él el del número premiado para ganar la carrera. La última vez que un piloto ganó arrancando desde la sexta ubicación fue en el Gran Premio de Canadá 2004 cuando Michael Schumacher realizó la misma proeza. Esta es, a su vez, la sexta victoria de Ricciardo en F1, cada una en circuitos diferentes.
Tras dos primeras carreras complicadas, en esta ocasión la fortuna supo sonreír a los de Red Bull. Pero también hay que reconocer la gran reacción de sus estrategas al llamar a sus dos pilotos a pits para cambiar llantas apenas el auto de seguridad entró a pista tras el enganche que involucró a los dos pilotos de Toro Rosso. La decisión fue evidentemente la acertada y ejecutada de inmediato, pero también es cierto que esto depende absolutamente de en qué parte de la pista estaban tanto Ricciardo como Verstappen cuando la carrera fue neutralizada; y en el momento en que la neutralización fue anunciada, precisamente Bottas y Vettel acababan de pasar delante de la entrada a pits, mientras que a los dos de Red Bull les cogió justo antes, por lo que, sin pensarlo dos veces, Verstappen y Ricciardo se fueron a boxes para montar neumáticos nuevos y más blandos, regresando a la pista prácticamente sin perder posiciones; mientras que, insisto, la oportunidad no fue posible para los dos punteros que debieron mantenerse en pista con las llantas duras y usadas que ya calzaban.
Claro, la oportunidad también estuvo para Raikkonen y Hamilton. En el caso del de Ferrari, quizás se justifica la falta de reacción por parte de su equipo por el hecho de que Kimi estaba con llantas mucho más frescas debido a su tardía parada para cambiarlas. Pero, en el caso de Lewis, definitivamente que en Mercedes se durmieron, lo cual no es de sorprenderse puesto que ya hemos visto que los alemanes no están del todo preparados para marcar diferencias por estrategia. Eso es seguramente por lo acostumbrados que estuvieron durante algunas temporadas a ganar sin recibir presión de otros equipos y, ahora que la competencia es brava, los estrategas de Mercedes no están igual de entrenados que los de Red Bull e incluso los de Ferrari.
Con esta nueva victoria, Daniel Ricciardo ha demostrado ser un gran piloto de carreras, muy rápido, inteligente y paciente. Paciencia precisamente es lo que aún le falta, y mucho, a su joven coequipero Max Verstappen. Y es que en realidad “la mesa estaba servida” para que fuera el holandés el ganador pero, al precipitarse primero en querer pasar a Hamilton por fuera en una curva de alta velocidad, lo cual le significó un despiste, y luego, al querer superar a Vettel por donde ya no había espacio, generó el enganche que le privó a Max de una segura victoria. En ambos casos, era solo cuestión de esperar un poco más por la siguiente oportunidad para pasar a Lewis y luego a Sebastián ya que, en ese momento la diferencia en velocidad era muy evidente debido a las llantas nuevas del Red Bull. Son estas lecciones que el talentoso Max todavía tiene que aprender.
Finalmente, con los 10 “de penalización” a su tiempo de carrera y que supieron a muy poco versus la falta cometida sobre el Ferrari # 5, Verstappen terminó en quinto puesto, al contrario de Ricciardo que se “encontró” con esta victoria luego de un sábado muy complicado en que rompió un motor en las pruebas libres antes de la clasificación, a la cual Daniel llegó con “las justas” luego de que sus mecánicos cambiaran la unidad de potencia de su bólido en tiempo record. Y es que, cuando uno está para ganar, no hay nada que hacer que así será, y cuando no, no; sino que lo diga Sebastián Vettel. De hecho, si hubo un perdedor en Shanghai, ese fue el propio Vettel: largando desde la Pole Position y con su Ferrari que parecía intratable, Sebastián se vió, primero, sorprendido por un cambio de llantas relámpago de dos segundos en el Mercedes de Bottas, que le permitió al finlandés regresar a la pista por delante del alemán arrebatándole la punta; y luego, el golpe recibido por Verstappen terminó por arruinarle la carrera al líder del campeonato, que recibió bandera a cuadros apenas en octava posición.
Kimi Raikkonen, por su lado, fue recompensado con el tercer lugar luego de sacrificarse por su coequipero Vettel, quedándose en pista con sus llantas ya desgastadas intentando frenar a Bottas para que Sebastián lo volviera a pasar tras perder la punta en los pits. Una maniobra que, de todos modos, no funcionó.
Finalmente, por el lado de Mercedes, Valtteri Bottas nos ha sorprendido gratamente en estas dos últimas carreras luego de un inicio de campeonato muy titubeante en Australia. Dos veces por delante de su reputado compañero de banca, Lewis Hamilton, tanto en Barehin como en China, superándolo en clasificación y en carrera también. Valtteri, muy rápido y confiable, convirtiéndose él ahora, y no Hamilton, en el rival directo de Vettel. Sin el Safety Car, es muy probable que el triunfador en Shanghai hubiese podido ser él, esto mientras que, en el otro lado de la moneda, Hamilton se mostró muy lento. A decir del actual Campeón del Mundo, su Mercedes simplemente no le acompañó: difícil de manejar y de poner a punto, algo en lo cual sus ingenieros evidentemente tendrán que trabajar muy duro con el fin de que Lewis vuelva a ser protagonista y, sobre todo, el líder indiscutible de la escudería alemana que en estos tres primeros Grandes Premios del 2018 aún no conoce la victoria, algo que no sucedía desde 2012.