“Esta camioneta está diseñada para quienes necesitan confiar en una pick-up que trabaje duro en todas las condiciones y que sea capaz de afrontar cualquier obstáculo en el camino”, señaló Jaime Gil, Director de Mercadeo de GM para Ecuador y Colombia, la noche en que fue presentada en sociedad. Y para demostrar que esta afirmación no es una exageración de parte de la marca del corbatín, GM OBB del Ecuador organizó un test drive con la participación de periodistas especializados, representantes de los concesionarios de la marca y ejecutivos de la empresa.
Fue un espectacular recorrido en el que comprobamos que la D-Max 2019 se adapta perfectamente a las condiciones geográficas del Ecuador sacando a relucir su gran potencia, rendimiento y tecnología en cualquier terreno. La travesía, que agrupó a 15 unidades de esta camioneta, arrancó en el Centro de Distribución de Repuestos, en el cantón Rumiñahui, recorrió caminos montañosos de segundo y tercer orden hasta llegar al barrio Loreto, donde está la afamada cascada del Molinuco; de allí, siguiendo cuesta arriba, llegamos hasta una cantera de materiales pétreos de construcción en las laderas occidentales del Volcán Antisana, donde pudimos comprobar “in situ” todo el poder y resistencia de la D-Max; y, unos cuantos kilómetros más adelante llegamos hasta la Hostería Guaytara, muy cerca de la Reserva Ecológica Antisana, a 3550 metros de altura.
Toda la gama de camionetas D-Max está equipada con poderosos motores de 2.5 y 3.0 litros turbo Diésel con calibración de altura, que fueron desarrollados a partir de la configuración de vehículos de carga pesada como son los camiones Chevrolet. En la prueba de manejo tuvimos en nuestras manos una unidad del modelo de cabina doble 4×4 3,0L Diesel High Country, cuyo precio es de US$ 44.990, y la disfrutamos al máximo ya que sobrepasó con creces nuestras expectativas de rendimiento, gracias a que cuenta con un torque constante desde bajas revoluciones lo que asegura un desempeño único con el vehículo cargado o descargado.
Subiendo por empinados caminos de un muy mal empedrado, de lastre o tierra con innumerables grietas, la D-Max nunca dejó de empujar, ni cuando superamos la barrera de los 3.000 metros de altura y con el aire acondicionado casi en su máxima fuerza. Ninguno de sus 134 caballos de potencia dejó de “galopar” por un solo instante haciendo que la conducción en condiciones difíciles fuera un verdadero placer.
Además, la suspensión Ironman con la que viene equipada la High Country hace aún mucho más placentera la conducción en este tipo de caminos. Y ya se pueden imaginar cómo se comporta sobre la suavidad del asfalto. Todo el poder de su motor no se traduce en el típico “bamboleo” de lado a lado de sus ocupantes cuando se pasa por las irregularidades de camino.
Y en la cantera, donde un grupo de experimentados pilotos de 4×4, entre los que estaban Sebastián Guayasamín, Pablo Contreras, Michael Ribadeneira y Juan Francisco Escudero, se puso al volante de las unidades dispuestas para las pruebas más extremas, nos dimos cuenta que la D-Max 2019 está hecha para superar todo lo que se le ponga adelante. Arena, piedras, ripio, huecos, subidas y bajadas… nada impidió el avance de esta camioneta.
La tendencia mundial en el segmento de las “pick-ups” es otorgarle al “monstruoso” poder que tienen la seguridad y tecnología que dominan a los SUV. Por ello, Chevrolet ofrece un gran equipamiento de seguridad en todas las versiones de la D-Max: sistema de frenos ABS + EBD, chasis de alta resistencia con “tire stopper” delantero disponible, barras de protección contra impactos en las puertas, columna de dirección colapsable, cinturones de seguridad retráctiles en todos los puestos, anclaje ISOFIX para asegurar los asientos de los infantes al vehículo, así como también tienen seguro para niños en las puertas posteriores. Además cuenta con bolsas de aire para conductor y pasajero y una estructura de absorción de impacto desarrollada en Japón para salvaguardar la integridad de los ocupantes.
Elementos de tecnología vanguardista como el computador abordo, que ofrece información sobre consumo de combustible, autonomía o velocidades promedio, y, un sistema de audio con pantalla táctil que incluye diferentes aplicaciones, conectividad Bluetooth, reproductor de música y puerto USB garantizan una increíble estadía en su interior en recorridos cortos o largos.
Pero la seguridad va de la mano con el confort y la comodidad. Lo comprobamos en las casi cinco horas que duró el test drive y no importó el tipo de camino por el que transitamos, la constante fue una vida cómoda a bordo gracias a un amplio espacio interior para cinco personas grandes. Y en este apartado destaca el ángulo de inclinación de seis grados del asiento trasero que hace que la comodidad interior sea de otro nivel.
Es tanto lo que se puede destacar desde el interior de la D-Max 2019 que dejamos los cambios estéticos del exterior para el final de nuestra apreciación. En ella se modificaron varios de sus elementos básicos para lograr una apariencia y capacidad más fuerte y robusta: su parrilla frontal está integrada al capó y tiene un nuevo bumper, lo que no solo le brinda más aerodinámica sino que representa un mejor acceso al motor; en los laterales de la camioneta así como en las luces traseras hay detalles de estilo japonés que la marca compara con el diseño de las famosas espadas conocidas como Katanas.
La nueva D-Max 2019 estará disponible en la toda la red de concesionarios Chevrolet en ocho diferentes colores: blanco, plata, negro, plomo, rojo, vino, azul y dorado. Y sus versiones, a más de la High Country que probamos, son las siguientes: Cabina simple 4×2 2.5L Diesel (US$ 26.990),Cabina simple 4×4 3.0L Diesel (US$ 36.690), Cabina doble 4×2 3,0L Diesel (US$ 29.490), Cabina doble 4×4 3,0L Diesel STD (US$ 36.990); y, Cabina doble 4×4 3,0L Diesel Full (US$ 41.990).