Sin embargo, para que el modelo pudiera ser homologado para calle de acuerdo a la normativa del Grupo A, se requería un mínimo de 2.500 unidades de producción, por lo que la casa alemana estableció un lote de 5.000 unidades, con lo que nació el Volkswagen Golf II Rallye G60 con motor de 1.8 litros, 4 cilindros y 8 válvulas, fabricado a mano en Bélgica.
Con un precio de aproximadamente del doble que un VW Golf GTI II, el Rallye contaba con una potencia de 160 CV gracias a un compresor G60, caja de cambios manual de 5 velocidades y tracción Syncro para las cuatro ruedas.
Un lote especial de 12 autos con 16 válvulas
Para Volkswagen no terminó ahí la historia, pues se creó una edición especial de la serie Golf Rallye, a las que se les añadió una culata de 16 válvulas , procedente del Golf GTI 16v, que permitía al Golf G60 incrementar su potencia hasta los 210 CV y obtener un par motor máximo de 250 Nm.
Estos doce potentes autos fueron ensamblados en el cuartel general de Volkswagen Motorsport en Hannover, y fueron creados originalmente para equipos privados, con lo que el modelo ingresaría al mundo de las competencias, pero se cuenta que solamente se quedaron en los garajes de los ejecutivos de VW y nunca llegaron a las pistas.
Un diseño esencialmente deportivo
Con un set de asientos Recaro, recubiertos con tapiz combinado de tela y cuero, el Golf G60 Rallye evidencia un diseño totalmente deportivo, que incluye un panel de instrumentos típico del Golf II, volante y palanca de cambios de cuero.
La carrocería es 20 milímetros inferior que la de la versión GTI, a lo que se suma un set de faros cuadrados, que se diferencian de las luces circulares originales del Mk2. Además, cuenta con pasos de rueda ensanchados, parachoques hechos a medida y distintivos G60 en las aletas laterales de la cabina.
Su estilo deportivo hizo que la insonorización no sea una prioridad, pues al conducirlo se puede distinguir claramente el ruido del motor, el viento y la rodadura de las llantas.
La verdadera potencia del motor es notable una vez que el tacómetro supera las 4.000 rpm, que le dan un empuje similar al de un auto con turbo, pero sin el zumbido característico, capaz de impulsar al auto a los 235 km/h, mientras que la aceleración 0-100 km/h se alcanza a los 7.4 segundos.
Si bien es cierto que su reducida producción hizo que este sea un Volkswagen desconocido para la mayoría de clientes no deja de ser un modelo compacto muy especial, que no llegó a las carreras, pero tiene su lugar en la historia de la marca por su gran potencia y diseño diferenciado.
Además, el Golf se ha caracterizado por ser uno de los autos de serie más deseables que han existido, ya que la esencia de este modelo llegó a trascender al fututo, con la presentación en este año del Volkswagen I.D. Concept, que surge del diseño original del Golf.
Fuente: Motorpasión