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Tras el trágico accidente en las 24 horas de Le Mans de 1955 en el que falleció el piloto francés Pierre Levegh y cuyo Mercedes voló sobre las tribunas del mítico circuito francés matando a 82 espectadores, Mercedes decidió retirarse de las competencias automovilísticas al final de aquel año 55 tras obtener, en Fórmula 1, el bicampeonato mundial con el argentino Juan Manuel Fangio y el inglés Stirling Moss, campeón y subcampeón respectivamente en ambas temporadas.
Y tuvieron que pasar 34 años para volver a ver al constructor alemán involucrado en las carreras de autos. Lo hizo inicialmente como motorista equipando al Sauber C1 Sport Prototipo y que además ganó las 24 Horas de Le Mans de 1989.
Con la misma escudería suiza de Peter Sauber, posteriormente, Mercedes llegó a la Fórmula 1 en 1993, y pasó a propulsar a los Mclaren de Ron Dennis a partir de 1995, escudería con la que obtuvo tres campeonatos mundiales, en 1998 y 99 con Mika Hakkinen, y en el 2008 con Lewis Hamilton.
Y a partir de 2010, finalmente Mercedes decide tener su propia escudería de Fórmula 1, ya no solo como proveedor de motores sino como constructor de chasis también. Es así como la marca alemana adquiere la escudería completa Brawn GP, ex Honda, que comandada por Ross Brawn acababa de consagrarse Campeona del Mundo con Jenson Button, en 2009.
Siendo que la idea era formar un equipo ganador desde un inicio, Mercedes se hizo de los servicios de Nico Rosberg y principalmente de Michael Schumacher, sacándolo de su retiro de tres años al siete veces Campeón del Mundo.
Así entonces, con una fuerte inversión económica en tecnología, infraestructura, personal técnico, y con los austriacos Toto Wolf y el 3 veces Campeón Mundial Niki Lauda a la cabeza, el proyecto Mercedes Fórmula 1 estaba en marcha.
En 2012 llegaron las primeras alegrías con Nico Rosberg obteniendo la primera victoria para la escudería en el Gran Premio de China, que además fue la primera del piloto alemán en F1.
Para 2013, el equipo se hizo de los servicios de Lewis Hamilton, poniendo así fin a la etapa Michael Schumacher que a sus 43 años se retiraba, ahora sí, definitivamente de las pistas. De esta forma, en aquella temporada 2013 Mercedes cosechó tres victorias a más del subcampeonato de constructores, por lo que estaba claro que la escudería alemana ya tenía todo lo que buscaba: Una pareja de pilotos de punta, un equipo de ingenieros de primera línea, y un nuevo reglamento técnico que llegaba en 2014 y que debía ser muy beneficioso para ellos; el mayor cambio a nivel técnico afrontado por la F1 en décadas, es decir, la llegada de la era híbrida junto al regreso de los motores turbo, abolidos 25 años atrás.
Pero no hubo que esperar mucho para darnos cuenta de que Mercedes había llegado con ventaja a esta nueva era. En los ensayos de pretemporada, mientras todos tenían problemas para dar un par de vueltas seguidas, Mercedes no se cansaba de girar y girar, y además más rápido que todos. De hecho, años más tarde se supo que el constructor alemán fue el principal precursor de este nuevo reglamento técnico, y no por casualidad, pues ya llevaban años trabajando en esta tecnología.
Consecuentemente, en 2014 Mercedes arrasó y ganó todas las carreras de la temporada a excepción de tres, sin faltar nunca al podio, logrando así su primer título mundial de constructores y el segundo de pilotos para Lewis Hamilton. Repetición de la historia en 2015, nuevamente con Hamilton como campeón, cediendo de igual manera tres victorias nada más, pero sin podios en Hungría y Singapur.
Luego vino 2016, quizás la temporada más tensa a la interna del equipo debido a la intensa lucha entre sus dos pilotos, y ahora acabando por decantarse en favor de Nico Rosberg en detrimento de Hamilton. Esta batalla llevada hasta el último Gran Premio no permitió ninguna relajación para nadie, y se tradujo en la mayor cantidad de puntos obtenida para el equipo alemán, con nada menos que 765 unidades ya que, en ese año Mercedes solo cedió la victoria en Hungría y en España cuando sus pilotos colisionaron entre ellos. De todos modos, tercer título de pilotos, tercero de constructores.
Para el año siguiente, sorpresivamente Nico Rosberg decidió retirarse tras proclamarse campeón. Mercedes confió entonces su segundo volante al finlandés Valtteri Bottas que no ha podido, hasta ahora, mostrar el nivel de Rosberg. Así entonces, 2017 dejó de ser una lucha entre los dos pilotos Mercedes como en las tres temporadas anteriores, para pasar a ser una batalla entre Mercedes y Ferrari, Lewis Hamilton versus Sebastián Vettel. La escudería italiana, incluso, estuvo al frente en el campeonato, pero a partir de la segunda parte de la temporada los alemanes pusieron las cosas en orden para llevarse la cuarta corona tanto de pilotos como de marcas mientras que una cascada de fallas técnicas hundía a Ferrari.
Con estos antecedentes llegamos a la temporada 2018, con una escudería Mercedes titubeante en el arranque del campeonato, al punto que la primera victoria para ellos llegó recién en la cuarta carrera, en el circuito de Bakú. Ferrari presentó definitivamente un auto muy competitivo este año. De hecho, fueron los dominadores en la primera parte del año siendo que por primera vez en casi 5 años, Mercedes se veía claramente superado por un rival.
No obstante, cuando mejor estaba Ferrari, Mercedes reaccionó pero, sobre todo, Lewis Hamilton sacó su mejor versión, lo cual, combinado a errores estratégicos de Ferrari pero fundamentalmente a errores de conducción y de precipitación por parte de Sebastián Vettel, volvió a poner a Mercedes y al propio Hamilton a la cabeza de la jerarquía. Pocas veces fueron las que Mercedes se mostró realmente superior en este 2018, pero esto no impidió que el británico se impusiera en 11 Grandes Premios, lo que le llevó a la obtención de su cuarto Campeonato en 5 años, y el quinto con aquel obtenido en 2008. Por su parte, para el quinto título de constructores, Mercedes tuvo que esperar hasta la penúltima carrera del año en Brasil para finalmente superar a Ferrari que, en gran parte de la temporada estuvo al frente en las posiciones.
De esta forma, Mercedes hace historia en la Fórmula 1 puesto que, solo un equipo en el pasado ha consignado ganar cinco títulos de constructores de manera consecutiva, Ferrari, en la época dorada de Michael Schumacher cuando lograron seis campeonatos entre 1999 y 2004. Sin duda que el 2018 ha sido el título que más le ha costado obtener al constructor de la estrella, pero sigue siendo el rey absoluto de la nueva era turbo – híbrida, y que promete seguir dando guerra y mantenerse a la vanguardia mientras dure este reglamento, con lo que podría incluso superar el éxito de Ferrari.
Con estos 5 títulos, Mercedes ya es el quinto mejor equipo de la historia de la Fórmula 1, en solitario, tras superar los 4 que Red Bull obtuvo entre 2010 y 2013; y tiene por delante aún los 7 de Lotus, los 8 de Mclaren, los 9 de Williams, y los 16 de Ferrari.
¿Será entonces que Mercedes logra igualar y superar la marca del constructor de Maranello? ¿Será que Lewis Hamilton hace lo propio con los records de 7 campeonatos y 91 victorias de Michael Schumacher? Solo el tiempo lo dirá.