No obstante, y pese a que los Mercedes normalmente no se adaptan del todo bien a los circuitos lentos y trabados, el que se llevó la victoria por demás inesperada fue Lewis Hamilton, siendo esta la quinta de la temporada, la sexta en Hungría, y la #67 para el británico en F1, a más de ser la #81 para Mercedes en la máxima categoría, igualando así a la mítica y desaparecida escudería Lotus, superadas, ambas, solamente por Ferrari (233), Mclaren (182) y Williams (114).
Los tiempos por vuelta en las prácticas previas a la carrera ratificaban que, efectivamente, Ferrari y Red Bull eran los más rápidos con hasta 7 y 8 décimas de segundo más veloces que los Mercedes. Sin embargo, todo empieza a cambiar de rumbo cuando, de manera sorpresiva, la lluvia se hace presente el sábado en plena sesión clasificatoria. Y, Hamilton, conocido por ser muy rápido bajo esas condiciones consigue la Pole Position, y su coequipero Valtteri Bottas es segundo, es decir, que los Mercedes sorprendieron y “voltearon la tortilla” monopolizando la primera fila de la grilla de partida y relegando a la segunda a los dos pilotos de Ferrari, mientras que los de Red Bell se perdieron aún más sobre el piso mojado, con Max Verstappen logrando solo el séptimo mejor tiempo mientras que Daniel Ricciardo fue apenas décimo segundo; y largar al frente en un circuito como el de Hungría en que pasar es muy complicado, es tener ganada la carrera en un alto porcentaje.
Sin embargo, estaba claro que el ritmo de carrera de Ferrari en pista seca era muy superior por lo que, tanto Kimi Raikkonen pero sobre todo Sebastian Vettel, mantenían intactas las esperanzas de llevarse la victoria pero, para ello, estaba claro que la estrategia de pits al momento de cambiar llantas iba a jugar un papel fundamental en el resultado final del Gran Premio.
Siendo que llovió en la clasificación, los pilotos podían optar libremente por cualquiera de los tres compuestos de llantas disponibles para arrancar la carrera, y mientras Hamilton, Bottas y Raikkonen optaron por el más suave de toda la gama, Vettel se fue por el compuesto medio. ¿El objetivo? Hacer un stint más largo para tratar de pasar en pits al menos a Bottas, para al final atacar a Hamilton luego de montar él, el compuesto más blando, aprovechando que Lewis tendría montado un compuesto más duro y con más vueltas y; además, contando con poder superar a su coequipero Raikkonnen desde el arranque puesto que, Kimi largaba tercero y el alemán desde la cuarta casilla.
De hecho, en un principio, todo pareció empezar a darse en favor de Sebastian. En el arranque el alemán logró pasar a Raikkonen tras gran maniobra en la tercera curva del circuito, es decir que subió a tercer puesto justo detrás de Bottas, y luego pasa a ser el puntero cuando tanto Kimi como los dos Mercedes entraron a cambiar llantas.
Como planeado, con pista libre, Sebastian es el hombre más rápido sobre el asfalto, y se puso a buen recaudo con la suficiente ventaja sobre Bottas con el objetivo de poder entrar a boxes por su respectivo cambio de llantas y regresar de vuelta a la pista por delante del finlandés para, a partir de ahí, ir a buscarlo a Hamilton, algo más de 10 segundos delante del alemán, en ese momento.
Pero, ¿Dónde es que Vettel pierde fundamentalmente la carrera o al menos la posibilidad de pelear con la victoria? En los pits precisamente, al momento del cambio de llantas. Ya en el cambio a Raikkonen, el equipo italiano se demoró 5 segundos en realizar la operación mientras que el equipo alemán lo hizo en algo más de 2 segundos (lo normal), tanto con Hamilton como con Bottas; y cuando fue el turno con Vettel, la historia se repitió: 4,2 segundos se tardaron nuevamente los mecánicos de Ferrari en cambiar las 4 llantas. Dos segundos de más en el cambio, dos segundos que marcaron la diferencia ya que, Vettel se reincorporó a la pista escasos metros por detrás de Bottas.
Si la operación se hubiese hecho dentro de los dos segundos habituales, Sebastián seguro salía de pits por delante de Valtteri, y desde ese punto la carrera era directamente contra Hamilton puesto que, con neumáticos más nuevos que los del británico, es seguro que Vettel lo alcanzaba, ¿qué si lo pasaba? No lo sabemos con exactitud puesto que pasar en Hungría siempre será muy complicado entre dos autos parejos pero, con la diferencia en adherencia por los diferentes neumáticos que cada uno llevaba en el tramo final de la carrera, es muy posible, tal como sí pudo hacerlo con el propio Bottas en las últimas vueltas luego de que este lo tuvo totalmente taponado al de Ferrari al tiempo que Hamilton se escapaba adelante hasta que las llantas de Valtteri, con 55 giros encima, ya no dieron más como para poder retener a Vettel, y no solo a él, sino también a Raikkonen que hizo dos cambios de neumáticos en vez de solo uno, y a Daniel Ricciardo quienes finalmente también lo pasaron, con lo cual el “pobre” Bottas pasó de segundo a quinto cuando cayó la bandera a cuadros.
En síntesis, mientras que Lewis Hamilton ganó la carrera, en gran medida, en la clasificación del sábado bajo la lluvia, Sebastian Vettel, potencialmente hablando, la perdió en los pits durante el cambio de neumáticos en un nuevo error de un miembro de la escudería italiana. Siete días antes, en Alemania, fue el propio piloto el que se equivocó, es decir, Vettel despistándose cuando punteaba el Gran Premio. Ahora, en Hungría, fue un mecánico que no supo ajustar a tiempo la tuerca control de una de las ruedas del Ferrari del piloto alemán. Dos carreras seguidas que, en teoría, estaban para que sea victoria de Vettel pero que se las llevó Hamilton quien, ante semejantes obsequios, con su acostumbrada maestría, no podía hacer menos que aprovechar y ganarlas con total autoridad, mientras que a Ferrari y Sebastian Vettel no les queda otra alternativa que asimilar una vez más que así no se puede ganar campeonatos mundiales. ¿Acaso un “Déja Vue” del 2017?
Por el lado de Red Bull, decepción total si partimos de la base de que llegaron como favoritos junto con Ferrari pero, la mala clasificación bajo la lluvia, condicionó el resultado final de Daniel Ricciardo que hizo una remontada sensacional desde el décimo segundo puesto en la grilla hasta el cuarto, luego de casi quedarse fuera de carrera, primero con el golpe de Marcus Ericsson en el arranque, y luego con el segundo contacto que le propició Bottas cuando ambos luchaban por la cuarta posición. Esto mientras que Max Verstappen debió abandonar por cuarta vez en el año por un problema de motor apenas en la sexta vuelta, octavo abandono de un Red Bull en lo que va del año, lo cual es demasiado.
Finalmente, imposible no destacar el espectacular sexto puesto del “jovencito” Pierre Gasly con el Toro Rosso que volvió a brillar en este tipo de circuitos trabados. No hay nada que hacer que el joven francés, conjuntamente con el monegasco Charles Leclerc, son las revelaciones de este año, y seguro son las estrellas del futuro de la Fórmula 1 junto a Esteban Ocon y sobre todo Max Verstappen.
Una vez más en este año, en Hungría, las situaciones de carrera jugaron en favor de Lewis Hamilton para una victoria que seguro no estaba en su “presupuesto 2018” pero que le permiten a Lewis y a Mercedes irse al descanso de verano con un dulce sabor a triunfo y una interesante ventaja en el campeonato: 24 puntos Hamilton sobre Vettel, y 10 puntos Mercedes sobre Ferrari cuando aún restan 9 Grandes Premios por disputarse.