En base a los objetivos que se han fijado las empresas, las fechas están muy ajustadas. Por ejemplo, Ford o Waymo (propiedad de Alphabet; es decir, Google) quieren poner sus modelos en el mercado hasta en menos de tres años. Esto quiere decir que hay que apurarse a desarrollar los algoritmos apropiados para reaccionar ante situaciones inesperadas, como por ejemplo que un colchón caiga de una camioneta que va frente a nuestro auto. Y esto no es algo sencillo de conseguir.
Ante el ingente trabajo que esto representa, recurrir a simuladores virtuales es una mejor opción que hacer pruebas en vivo, por así decirlo: gastas menos y te encuentras con situaciones más cercanas a la incertidumbre que reina en el entorno real del día a día. Y aunque suene extravagante recurrir a un juego como el GTA V, en realidad no lo es.
A las personas que no son aficionadas a ellos les puede sonar extraño y hasta excéntrico, pero lo cierto es que los videojuegos hiperrealistas son capaces de ofrecer experiencias virtuales muy aproximadas a lo que una inteligencia artificial (IA) puede encontrarse en la carretera. De hecho, hace ya tiempo que se vienen usando juegos que van desde el clásico Super Mario Bros hasta Angry Birds para entrenar a software de IA para aprender a través de prueba y error, resolviendo problemas en entornos controlados.
El uso del GTA V como simulador está permitiendo a los desarrolladores generar y refinar los algoritmos destinados a los vehículos autónomos. Y es que la última entrega de la popular franquicia se acerca pero que mucho a la realidad: cuenta con 262 tipos de vehículos, más de mil peatones y animales diferentes completamente impredecibles, 14 condiciones metereológicas diferentes e innumerables puentes, señales de tráfico, túneles e intersecciones.
Y aunque realmente el juego no es una representación fiel de la realidad, gracias a todos estos elementos, se trata del «entorno virtual más rico del que podríamos extraer datos», dicho esto por Alain Kornhauser, profesor de investigación operativa e ingeniería financiera de la Universidad de Princeton, quien asesora al equipo de Ingeniería de Vehículos Autónomos de Princeton.
Así que, si eres uno de los muchos fans que tiene la saga GTA, cuando dentro de unos años estés dentro de un autónomo, acuérdate de que los mismos problemas que enfrentaste tú en la consola los tuvo que enfrentar el vehículo para poder desplazarte con seguridad. Eso sí, sin las balaseras.
Fuente: Bloomberg