El enrutamiento es una rama natural de la informática. De lo que realmente estamos hablando es de teoría de grafos, un campo que ha trabajado con algoritmos desde mucho antes de que las computadoras existieran. Ahora bien, los algoritmos de enrutamiento pueden llegar a ser muy complejos incluso cuando se debe tener en cuenta tan solo un número pequeño de caminos y de actores recorriéndolos. Por lo tanto, el tráfico es un gran desafío debido a la gran cantidad de rutas existentes y de autos que las recorren, además de otros factores a tener en cuenta como los semáforos.
El algoritmo de la Universidad de Nanyang podría calificarse como pesimista, ya que asume que, a una densidad de tráfico dada, algo malo va a ocurrir, algo lo suficientemente grande como para que cause una perturbación en el tráfico que dé como resultado que durante un cierto período de tiempo la salida de vehículos de un segmento del recorrido será menor que la entrada. Partiendo de esta asunción, el objetivo del algoritmo es dirigir el flujo de tráfico de manera que se minimicen las probabilidades de que suceda ese «algo» perturbador.
Los investigadores han sido capaces de realizar ciertas optimizaciones matemáticas para conseguir que este tipo de cálculo sea factible realizarlo en tiempo real. El funcionamiento del algoritmo ha sido demostrado en simulaciones y actualmente están trabajando en un análisis adicional con BMW, que está proporcionando una gran cantidad de datos de su flota de autos compartidos que circula por Munich.
Debido al avance logrado, esta no parece una tecnología que esté tan lejana como podríamos imaginar. Además, según los datos reunidos, solo es necesario que el 10% de los vehículos de una red circulen con una optimización como la que genera este algoritmo para que causar un efecto positivo en todo el tráfico, por lo que cuando empiece a aplicarse no tardaremos en ver mejoras en todas nuestras ciudades.
Fuente: Motherboard