Este inesperado regreso, que se dará en 2 fechas más este año, se produjo por pedido de Citroen con el fin de poder valorar el verdadero potencial del Citroen C3 ya que, está claro que ni Kris Meeke ni Graig Breen, los actuales pilotos principales de la escudería francesa, están al nivel de Loeb para poder comprender lo que vale realmente el C3 frente a la competencia. Así entonces, la primera prueba fue sobre terracería, y Loeb escogió México, ya que es un Rally que siempre se le dio bien al múltiple campeón puesto que allí ganó en 6 oportunidades.
Si bien no es que Loeb ha estado retirado de las competencias desde que dejó el Rally tras su último título en 2012 ya que, sí ha estado constantemente en actividad, primero en el mundial de autos de turismo (WTCC), y actualmente en el de Rally Cross a más de una vez al año en el Dakar, en lo personal consideraba que era muy difícil creer que íbamos a tener al francés peleando por las primeras posiciones pero, para sorpresa de propios y extraños incluida mi persona, desde el mismísimo arranque el gran Sebastien entró a pelear la punta, terminando el primer día de competencia en segunda posición, a escasos segundos del líder, el español Dani Sordo, su ex compañero de equipo en Citroen ahora conduciendo para Hyundai; para, en la segunda etapa, pasar a liderar el Rally hasta cuando un desafortunado golpe con una piedra enterrada de gran tamaño le significó a Loeb pinchar la llanta delantera derecha lo que le llevó a perder dos minutos y medio mientras realizaban el cambio de neumático con su inseparable coequipero, el monegasco Daniel Helena. En ese momento se esfumaron todas las esperanzas para la dupla campeona de volver a triunfar una vez más, como también se le esfumaron a Dani Sordo, quien sufrió el mismo contratiempo aunque, en su caso, el español prefirió terminar la especial de velocidad con la llanta baja, sin cambiarla, perdiendo así algo menos de tiempo.
Todo esto para beneplácito del actual campeón del mundo, 5 veces seguidas también, y considerado el sucesor de Loeb, otro francés, Sebastien Ogier, quien con su Ford Focus aprovechó de los contratiempos de los 2 punteros para tomar el liderazgo y no soltarlo más hasta el final del Rally. Con ello, sumó su victoria #42 en la disciplina y se volvió a colocar como líder del campeonato con 4 puntos de ventaja sobre el Hyundai I20 de Thierry Neuville, ganador en Suecia, pero que en México volvió a tener una carrera desafortunada, primero por un despiste en la primera etapa y luego por problemas mecánicos que lo relegaron hasta la sexta posición final justo por detrás de Loeb, finalmente quinto, Andreas Mikkelsen cuarto, Kris Meeke tercero y Dani Sordo segundo.
Pero volviendo con el regreso de Sebastien Loeb, es definitivamente impresionante lo que aún es capaz de hacer este monstruo del volante a sus 44 años de edad. En mi opinión, se trata del mejor piloto de la historia del automovilismo, ¡todas las disciplinas juntas! Simplemente no hay mejor que él. De por sí, llegar a ser el mejor en todos los tipos de superficies existentes, desde la nieve hasta el asfalto, pasando por tierra, lodo, lastre y demás, es sumamente complicado para cualquier piloto de Rally, pero Loeb ha logrado dominar a todos sus rivales en TODAS las condiciones. Simplemente vale recordar lo que dijo su más fuerte rival, el finlandés Marcus Gronholm, de igual manera dos veces Campeón Mundial en 2000 y 2002, que cuando le preguntaron las razones de su retiro a finales de 2010 él contestó: “La razón de mi retiro se llama Sebastien Loeb. Para ganarle debo esforzarme y arriesgar demasiado y así lo haga, no consigo vencerlo. Sebastien es demasiado bueno y el riesgo que corro para intentar superarlo es muy alto, es muy frustrante, y ya no estoy para eso”.
Afortunadamente, tendremos algo más de Sebastien Loeb en el Rally Mundial este año, y la próxima será en el Rally de Francia, a disputarse en la isla de Córcega entre el 5 y 8 de abril próximos. La superficie: el asfalto, aquella en la que Loeb fue simplemente imbatible, ¡siempre! ¿Será que vuelve a ganar? Hagan sus apuestas.