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El 3 de enero de 1969 nació toda una leyenda de la Fórmula 1, uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, sino el mejor: Michael Schumacher, quien acaba de cumplir entonces, 50 años. Lamentablemente, el “Kaiser” no recibe este medio siglo de vida en las condiciones de salud que todos quisiéramos verlo tras su trágico accidente de ski, en los Alpes franceses, el 29 de diciembre de 2013, y de cuyo estado de salud poco o nada se conoce; pero siendo así, tan hermética y escasa la información divulgada, es evidente que neurológica y físicamente Michael no está bien, y será muy difícil que llegue a recuperarse en los años de vida que le restan, tan graves resultaron ser sus lesiones.
Lo que no sucedió en las pistas de carreras durante más de 20 años de competencia al más alto nivel, inexplicablemente sucedió en aquella desafortunada caída cuando esquiaba sobre nieve junto a su familia hace ya 5 años. A partir de aquel fatídico día, la vida de Schumacher cambiaría para siempre ya que, pese a que llegó al hospital aún consciente y hablando, pronto caería en coma acompañado de un parte médico demoledor: Traumatismo cráneo encefálico severo con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso, producto del fuerte golpe contra una roca tras perder el equilibrio y caer.
El gran piloto alemán, siete veces campeón del mundo de la Fórmula 1, estuvo en coma profundo hasta junio de 2014 en que despertó pero con grandes lesiones neurológicas que, a decir de algunos expertos, salvo un milagro, desafortunadamente son irreversibles.
“Schumi” vive ahora en la absoluta intimidad de su hogar, en constante rehabilitación, en la ciudad de Gland en Suiza; y las noticias sobre su estado de salud y evolución son muy limitadas así como también las visitas de personas muy cercanas al piloto y su familia.
Indudablemente que cuesta entender por qué razón la factura que ha tenido que pagar Michael Schumacher por lograr ser lo que fue, y conseguir lo que consiguió, ha sido tan alta… ¡Keep figthing, Michael!
Los siete campeonatos del mundo de Schumacher siguen marcando la referencia en la Fórmula 1 puesto que ningún piloto ha podido todavía igualar esta marca de títulos alcanzados, a más de sus 91 victorias, 155 podios, 77 vueltas rápidas, aparte de ganar el mayor número de carreras en una sola temporada, 13 en 2004, entre otros tantos récords.
Michael debutó en F1 en el Gran Premio de Bélgica de 1991 en el seno del equipo Jordan reemplazando al belga Bertrand Gachot tras ir este a prisión por una infracción de tránsito; y de entrada, el joven alemán sorprendió al mundo al clasificar sexto aunque debió abandonar pocos metros después del arranque de la carrera por una falla en el embrague de su bólido.
El impacto de su talento fue tal que, Flavio Briatone, su mentor, a carrera seguida inmediatamente se lo llevó a Benetton, escudería con la que alcanzó sus primeros dos títulos, en 1994 y 1995.
El año siguiente, en 1996, el germano aterriza en Ferrari con el firme compromiso de llevar a la escudería italiana a la cúspide luego de que el último título para los de rojo había sido en 1979. Aunque el objetivo se demoró en ser alcanzado algo más de lo previsto, finalmente misión cumplida ya que, Schumacher y Ferrari formaron una dupla prácticamente invencible, con 5 campeonatos al hilo entre los años 2000 y 2004, en que se destaca la corona del 2002 que fue alcanzada 6 carreras antes de que la temporada terminara, un record más del gran piloto germano.
A finales de 2006, anunció su retiro de la Fórmula 1. No obstante, 3 años después el “Kaiser” salió del retiro y volvió a las pistas de la F1, pero no lo hizo con Ferrari. Sorpresivamente, se unió a Mercedes en el regreso de la marca alemana como equipo de fábrica en la máxima categoría del automovilismo mundial, a partir de 2010.
Muchos señalan a este período de la trayectoria deportiva de Schumacher como una nube gris puesto que no cumplió con las altísimas expectativas generadas por el regreso de un heptacampeón del mundo en vista de que, durante los tres años que estuvo con Mercedes, Michael solo subió una vez al podio y no consiguió ni una sola victoria, pero se olvidan que eran los primeros años de Mercedes de vuelta en la F1 y que además, Schumacher ya era un “cuarentón”, es decir, lejos de ser el Schumacher que tan alto brilló en Benetton y principalmente en Ferrari. Michael se retiró definitivamente de la Fórmula 1 a finales de 2012 a los 43 años, dando lugar a la llegada de Lewis Hamilton.
Sin embargo, Mercedes siempre ha dejado bien en claro la gran influencia que tuvo Michael en su éxito actual. Toto Wolff, la máxima autoridad de la escudería alemana ha denominado a “Schumi” como “uno de los padres fundadores del dominio de la marca alemana desde el comienzo de la era turbo – híbrida”, por lo que un período aparentemente “gris” en la trayectoria del gran piloto germano resultó, más bien, ser una etapa de gran ayuda para Mercedes en el futuro inmediato a su retiro definitivo de la competición.
Los homenajes a Michael Schumacher de cara a este 50 aniversario no han dejado de sucederse. El museo Ferrari en Maranello ha dedicado una exposición completa a él, se ha lanzado una aplicación oficial, y las labores benéficas han continuado en su “Keep fighting Fondation”. Estos son solo algunos ejemplos de cómo el mundo motor le brinda su homenaje a quien es, quizás, el piloto más grande y victorioso que la humanidad haya conocido, adorado y admirado por millones alrededor del planeta, y cuyo legado, seguramente, reinará por siempre.