El piloto quiteño se convirtió en el primer ecuatoriano en completar la competencia automovilística más dura del off-road. Navegado por el argentino Mauro Lipez, la tripulación logró ubicarse en el puesto 45° de la categoría coches. Entérate cómo se logró esta hazaña de 15 días.
Luego de la largada en Asunción, la capital de Paraguay que por primera vez formó parte del recorrido, la competencia llegó hasta la impresionante altura de La Paz, Bolivia para descender hasta el podio de llegada en Buenos Aires, Argentina tras completar más de 9.000 kilómetros de competencia, entre etapas especiales y enlaces.
Después de su tercera participación, recordemos que disputó la competencia en 2014, 2015 y este 2017, con la ausencia en 2016 tras dañar su camioneta Toyota durante la Vuelta a la República 2015, Sebastián Guayasamín analizó su participación en una charla a fondo con PatiodeAutos.com.
“El Dakar es difícil por naturaleza, por eso es el más grande y más duro. Este año, si bien no tenía la complejidad que suele tener el desierto chileno o el desierto peruano, tenía un adicional más como el frío, la lluvia y la altura, donde muchos pilotos tiraron la toalla. Seguramente el accidente de Carlos Sainz no fue fortuito, el desgaste físico y mental que te genera la altura, el frío… empezamos a 45°C al 100% de humedad, tres días después estábamos a 3.600 msnm, estuvimos durante siete etapas a esa altitud, y regresamos al desierto argentino en todo el sector de Catamarca, La Rioja, Chilecito. Sin dudas, esta es una carrera de largo alcance, de muchos kilómetros donde un descuido, un segundo donde se pierde la concentración, te equivocas en una curva y puedes volcar. De hecho, me encontré con muchos pilotos que debieron ser atendidos antes de la mitad de la carrera. Realmente creo que ahí marcamos una diferencia, con lo que fue la preparación física. Para mí, de todos los Dakar que corrí, este ha sido el más duro, pero físicamente llegué perfecto, si me tocaba correr una semana más hubiera corrido”, nos explicó.
La preparación previa ha sido bastante particular, Sebastián se entrenó físicamente durante todo el año bajo las órdenes de su preparador físico, Walter Martínez quien preparó un plan de trabajo a medida, en el que se destacan rutinas en el Teleférico de Quito para emular las altitudes y temperaturas de la edición 2017. “En el rally cross country, a campo traviesa, es difícil entrenar como en otras especialidades del automovilismo. Necesitarías cerrar unos 250 km de distancia, con policías, para poder entrenar. Por eso es tan caro correr el Dakar, por toda la infraestructura que se necesita para poder controlar los caminos, los controles de paso. No es algo donde uno pueda salir a entrenar los fines de semana… Quizás con la moto o el quad tal vez puedes hacer esas rutas, pero en auto es más difícil, entonces lo que te queda es buscar otro tipo de entrenamiento. Nosotros hicimos horas de simulador, tengo uno en mi casa. Quito que por suerte nos da las herramientas para poder entrenar en diferentes climas, y a diferentes horarios, en una misma semana. La suerte es que Quito tiene su altura, unos 2.800 metros sobre el nivel del mar, no son los 3.625 de Bolivia pero esta alto, y dentro de esto podemos prepararnos físicamente con todo. Tengo un preparador, que se llama Walter Martínez, que tiene todo muy claro en cuanto al entrenamiento. Con él entrenamos todo el año con el casco puesto, con el traje de competencia, con volante, las fuerzas G y ese tipo de cosas. Si bien no podemos entrenar en el auto, metiéndole horas y kilómetros, entrenamos con lo que tenemos a la mano aquí en Ecuador”.
Las claves
“Nuestro éxito se conforma, primero con los tripulantes muy preparados, tanto Mauro Lipez como yo. Mauro, de 46 años, tiene casi 10 años de experiencia como copiloto, seis Dakar encima y mucho recorrido entre los navegantes argentinos a los cuales traté. Mauro fue con el que mejor congenié. Primero hay que tener un “matrimonio” sano dentro del vehículo, que nos podamos soportar, poder decir las cosas de frente sin resentimientos y que sepamos que tenemos un objetivo en común. Después suma tener una máquina potente, porque en mis dos experiencias anteriores, con una camioneta con otra preparación, para poder afrontar las etapas y ganar esas horas durante los días era tener un vehículo con más fuerza y que aguante más, con una mejor atención. Entonces, trabajamos casi dos años y medio en el desarrollo de la Toyota Hilux con la que competimos. Teníamos el auto y finalmente se suma el tener un equipo de asistencia de primer nivel, entonces unimos el esfuerzo de un equipo que se llama RC Competición, de la provincia de Córdoba (Argentina), que lo dirige Javier Castro y tiene un equipo de casi veinte personas. Y nuestro componente ecuatoriano, trayendo seis personas que trabajaron con ellos. Ellos son los que la tuvieron clarísima con los terrenos, donde hacer las asistencias, cuáles eran los peligros, etc. De hecho, los tres autos que corrimos con Javier terminamos, entre ellos Alicia Reina, la mejor piloto femenina argentina de rally cross country”.
Dakar en Ecuador
“Primero, en base a otros pilotos que se animen a correr, hay dos partes: el querer correr y el otro el poder correr. Durante estos últimos cinco años, me ha llamado mucha gente con ganas de correr, pero este es un proyecto en el que hay que dedicarle la vida, hay que poner de lado la familia, el trabajo, etc. Es muy sacrificado. Lo que me ha costado a mí, porque estoy buscando otros pilotos que se unan al equipo, es encontrar quien tenga realmente la determinación de dedicarle los recursos que se requieren, el dinero viene después. Cuando le pedí permiso a mi esposa, la primera vez me dijo hazlo, pero que sea un proyecto autosustentable y en base a eso hemos trabajado, conseguimos profesionales en el tema de mercadeo y se montó un proyecto atractivo para las empresas, para que les de la confianza para que hagan esa apuesta. Por un lado, lo que es más difícil de conseguir las ganas y el dinero, es conseguir personas que tengan la determinación y esa capacidad de trabajo para darle prioridad al proyecto, aceptando el sacrificio y lo que hay que dejar de lado. Para mí sería ideal poder transmitir esa experiencia y que alguien tome la posta. Hay mucho talento en el Ecuador respecto lo que es el mundo motor como el rally, las motos. Willy Malo Jr, el primero en disputar un Dakar en motos, era muy bueno pero justamente por la falta de apoyo o la coyuntura, no volvió más, pero eso sí, me gustaría tener más. Siempre estoy abierto en ayudar a otro piloto, pero como digo, por un lado es un camino largo y sacrificado. Por otro lado, si llega a pasar el Dakar por Ecuador sería realmente excepcional, Etienne Levigne hace dos años atrás estuvo acá en Ecuador y pudimos almorzar juntos. Pudimos conversar y el sueño de ellos es empezar en Buenos Aires, Argentina y terminar en Cartagena de Indias, Colombia. Dentro de ese esquema la pieza que faltaba, que vendría a ser el corazón, es Perú. El año pasado hubo elecciones en ese país y no se pudo dar, sin embargo Perú sabe los réditos que deja un Dakar… En Argentina hablan de 300 millones de dólares al año en ingresos, entonces yo creo que el Ecuador este año también lo tiene difícil porque hay elecciones, pero sea quien sea que asuma el gobierno pueda darse cuenta que la inversión como país, para organizar un Dakar, los réditos comparados con otra inversión no tiene comparación, es un negocio redondo para todos los que están involucrados”.
“Yo creo que el Dakar también está adaptándose al mercado. De lo que estuve escuchando, es que Perú va a entrar nuevamente pero sin poner un dólar, va a hacer una cooperación. Recordemos que cuando el Dakar se corría en África, la organización le pagaba a los países para pasar, cuando vienen a Sudamérica es cuando comienzan a cobrar por realizar la carrera. Yo creo que si van a hacer un esfuerzo, y justamente una cooperación, el estar dolarizado Ecuador de alguna manera lo beneficia. Creo que el Dakar, como organización, tendría que darse cuenta que si quieren que el circo continúe tienen que ser más flexibles con los costos, tener menos demandas y adaptarse un poco al ritmo. Ya pasaron nueve años donde los países pusieron mucha plata para que pasen, ahora hay una crisis mundial que se ve reflejada en el número de inscriptos. Este año hubo un 30% menos de inscritos porque el Dakar es caro, si tomamos en cuenta todo lo que es el Rally Mundial, sumando todos los kilometrajes durante todas las fechas y países donde se corre en todo el año, no suma ni la mitad del kilometraje del Dakar en solamente 15 días y se corre con la misma fuerza. El Dakar es caro porque es un mundial de rally comprimido en dos semanas, por los repuestos, el auto y demás, pero sin embargo nadie es ajeno a la crisis. Creo que el gran desafío para la organización es adaptarse a esas condiciones actuales del mercado mundial”.
El automovilismo ecuatoriano
“Desde el día que regresé a Ecuador, donde me esperaban 250 personas en el aeropuerto, que para mí fue una sorpresa enorme, desde el cariño del público que recibí cuando participé en la Vuelta a la República 2015 vi que el automovilismo ha perdido su protagonismo enormemente tanto en medios como auspicios y demás, pero no por culpa de la afición sino por culpa de los mismos dirigentes y deportistas. El automovilismo tiene ese componente, de que es una guerra de billeteras y hay muchas envidias. Tenemos un autódromo como el de Yahuarcocha que es de clase mundial, y no se ha podido explotar porque dentro de la misma organización, los mismos administradores no se han podido poner de acuerdo en sacar cosas adelante. El automovilismo, como tal en Ecuador, está vivo, hay afición, problemas hay en muchas federaciones y no es ajeno de los problemas de la Federación de Automovilismo y Kartismo ecuatoriana (FEDAK). Sin embargo, este es un evento que trasciende todo, toda discusión, conflicto de intereses, etc. El momento que venga la organización del Dakar y plantee su intención de venir al Ecuador, es algo donde todos tienen que trabajar para sacarlo adelante”.
Costos de la carrera
“Una tarifa básica, promedio para un auto, debe estar bordeando los 250.000 dólares. Digamos que si fueses a alquilar un auto con todo, alrededor de ese presupuesto lo que costaría. Nosotros gastamos alrededor de los 350.000 dólares al año. Un equipo de punta como Peugeot, debe estar gastando fácil unos mal contados 12 millones de dólares al año, porque no son sólo los 15 días de carrera, es un año de preparación. Ellos todos los años tienen autos nuevos, de hecho hay otros Peugeot corriendo del rally pasado. Entonces todos los años tienen autos nuevos, todos los años tienen un equipo de mecánicos con departamento de ingeniería con más de 100 personas trabajando en los vehículos. Es mucha plata, más allá de lo que se gasta en el Dakar que también es una fortuna”.
El futuro del Dakar
“Creo que a África es difícil que vuelva, porque han visto las comodidades que les ofrece Sudamérica, y los que se quedaron con ese hueco que dejó el Rally Dakar son los del África Eco Race. Por eso no veo a A.S.O. volver a África, por algo se fueron y no creo que regresen. En Asia ya está tomando forma, y que en 2016 se consolidó, algo que venían trabajando desde hace tiempo: el Silk Way Rally. Se trata de una competencia con la misma dureza que el Dakar, que empieza en Moscú, Rusia y termina en Beijing, China que está siendo financiada por Gazprom, la empresa rusa más grande del mundo de gas, y CNPC (Corporación Nacional de Petróleo de China), al empresa más grande del mundo de petróleo están invirtiendo en esta competencia que es por demás espectacular en el verano europeo. Por eso creo que también es difícil que el Dakar se corra en Asia. En Europa no se puede hacer una carrera de estas características, y lo que nos queda es Centro y Norteamérica. Tal vez, el único escenario donde veo que se puede llegar hacer alguna cosa interesante es México y los Estados Unidos, pero ellos también tienen sus carreras ya como las Bajas 1000, en ambos países. El tema es que, realizar una carrera de esta magnitud, necesita mucho esfuerzo. De alguna manera Argentina ya se ha convertido en una sede del Dakar, lo veo difícil que se vaya de la región. Sí hay rumores, pero personalmente creo que estamos lejos de que el Dakar se vaya de Sudamérica, a tal punto de ver que la organización está dispuesta a no cobrarle nada a nadie y seguirá estando aquí”.
“Por otro lado, la pasión que se vive en Sudamérica es incomparable. De hecho la afición en Bolivia es aún mayor que en años anteriores, recuerdo que algo similar sucedió en Perú cuando largamos desde Lima. Ni hablar de Argentina, un país muy arraigado al deporte que incluso tiene fechas de WTCC, Rally Mundial, Fórmula E, Mundial de Motocross, etc. En cambio a Bolivia no llegan competencias internacionales, a Perú tampoco. Sí llegara a pasar el Dakar por Ecuador sería el evento deportivo más importante de la historia del país. Y aún así Chile, que decidió no ser parte del recorrido de los últimos años. En cambio, Uruguay y Paraguay la tienen un poco más difícil, ya que no conectan con lo que busca más el espíritu de la carrera como desiertos… Ahí lo que tocaría es hacer un Dakar para Brasil, que en su momento mostró interés pero tuvo inversiones muy grandes con el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos Río 2016. Ellos también tienen su propia carrera, que se llama Rally dos Sertoes, de la cual me han invitado y entiendo que es muy bueno, rápido, etc. Ahí está el desafío, ver por qué parte de Sudamérica pueden pasar. Uruguay es un país pequeño, Paraguay también y por más
que quieran hacerlo es difícil realizar varias etapas. Por su parte, Paraguay tiene el Transchaco Rally, que es el mismísimo infierno… Entonces, para hacer la ruta del Dakar hay que ver las distancias del rally que se puedan hacer. El tema de la vegetación es importante también ya que pasan los camiones. Son un montón de cosas, pero si se llegó a La Paz se puede llegar a todos lados…”
Compromisos 2017
“Ahora estamos planificando la nueva temporada, en base a las reuniones que tengamos en los próximos 30 días con nuestros auspiciantes, porque es un año difícil en Ecuador con elecciones, y esa incertidumbre hace que las empresas restrinjan sus inversiones en mercadeo y exclusivamente en auspicios deportivos. Va a depender de eso. Yo, como Sebastián Guayasamín, como mi familia no tenemos recursos ilimitados y lo que tengo son ganas, experiencia, etc. Los auspiciantes que tengo me acompañan desde hace cinco años, volvieron a renovar pero hay que ser conscientes de la situación que está atravesando el país. Estamos con ganas, si por mí fuera correría todo el año en todos lados, pero tenemos que estirar las sábanas sin que nos destape los pies”.
Objetivo para el próximo Dakar
“Sí llegamos a correr la próxima edición, a dejar el nombre más alto todavía, subir, subir y subir… hasta donde podamos. Me encantaría tener un presupuesto de un millón de dólares, y tener la máquina para pelear los primeros 20 puestos, pero es difícil. Vamos a seguir tocando puertas, vamos a seguir haciendo lo que mejor sabemos que es vender el proyecto, que las empresas confíen. Aproximadamente para el mes de julio o junio sabremos si vamos a poder correr el Dakar, porque también no puedo regresar si se que no voy a tener los mismos recursos que tuve ahora para no obtener resultados, tengo que ser responsable con todos, la afición, los auspiciantes, etc. Si no tengo las condiciones para llegar, prefiero esperar un año más y esperar a que se recupere la economía”.
Enseñanzas del Dakar
“La lección que me dejó el Dakar en las dos últimas ediciones, es que no importa lo bien preparado que estés, la mucha plata que tengas o lo buen piloto que seas, la carrera tiene una sorpresa todos los días. Por eso hay que tener siempre en la cabeza de que te puedes quedar, que todos los días hay algo que no está en tus manos, es incontrolable. En las últimas etapas tuve que correr sin la bomba hidráulica, porque se había roto nos había dado angustia de no saber si podíamos llegar, por ejemplo. Esas circunstancias son la parte más difícil. Salir todos los días pensando: ¿y si me quedo, cómo lo voy a tomar? O ¿dónde me puedo quedar? Ese es un poco el miedo. Creo que si ahora regresamos al Dakar lo haríamos ya sin ese miedo, si nos quedamos nos quedamos, pero saldríamos a correr, ya no saldríamos a sobrevivir”.