Las baterías P90D de Tesla proveen 90 kwh (kilovatios hora), en una disposición en bloque situada bajo el chasis.
El nuevo modelo de baterías P100D ocupa la misma ubicación y llega a los 100 kwh, sin embargo todos los análisis muestran que baterías de la misma factura no pueden tener mayor capacidad energética sin extender su tamaño.
Las celdas actuales están distribuidas para optimizar espacio en el habitáculo interior, por lo que hacer baterías más grandes afectaría el tamaño del chasis con el consecuente reajuste de componentes que eso implica.
La alternativa
Varias empresas de autos, entre ellas Toyota, Volkswagen y Bosch, han probado un nuevo tipo de baterías llamadas Baterías de Estado Sólido, las cuales son más seguras, menos costosas y capaces de almacenar mayor cantidad de energía.
Esta tecnología reemplaza los electrolitos líquidos de las baterías actuales (por cierto altamente inflamables) por una versión de electrolitos de litio sólido. A partir de esta solución se daría paso también a la utilización de litio metálico en lugar de electrodos de grafito. El litio tiene un ciclo de vida mayor y una densidad energética más alta.
La empresa de baterías Bosch, sin embargo, está un paso adelante. Ha conseguido células con densidades energéticas que superan en 100 WH/kg (vatio-hora por kilogramo) en sus prototipos, por lo que si se usaran en los autos de Tesla se lograría una mejora de 8 kwh con respecto al modelo P100D.
Siguiendo con este tipo de tecnología se puede desarrollar baterías de estado sólido más potentes, que favorezcan al liderazgo de la propulsión eléctrica y garanticen seguridad.
En opinión de expertos, al conseguir autos eléctricos de 350 Wh/kg o el equivalente de 500km de autonomía, la gasolina dejaría de ser el energético por excelencia.
Por otro lado, el litio guarda aspectos medioambientales conflictivos. Es de por sí un metal escaso e implica mucha más inversión para su explotación y búsqueda.
Otra alternativa está dada por prototipos de celdas basadas en iones de sodio, las cuales incluso han superado la densidad de 600 Wh/kg. Es decir, ofrecerían una autonomía de 1.000 km por carga, lo que duplica la capacidad de las baterías actuales.
La abundancia de sodio, su menor precio (10 veces inferior al del litio) y el bajo nivel de peligrosidad, favorecen esta alternativa.
Finalmente, la tercera opción que baraja Tesla Motors en estos días, es el uso de componentes más livianos en sus autos eléctricos. Así, de incrementarse el peso o tamaño de sus baterías, se podrá seguir trabajando en mayor potencia y autonomía.