Tras la prohibición, los diferentes fabricantes buscaron alternativas para estos súper poderosos autos que parecían destinados a los museos, pero marcas como Peugeot se mostraron muy interesadas, especialmente en su modelo 205, como por ejemplo la colocación de un cuerpo central que amplíe la distancia entre ejes, refuerzo de suspensiones, reducción de potencia y refuerzo de carrocería.
Uno de los propósitos de los franceses era promover a este mítico al auto en el Rally París-Dakar, así como otras competencias de la categoría raid en África. Lógicamente, ese se convirtió en el auto ganador en los años 1987 y 1988, mientras que en los años posteriores la marca creó una evolución del auto, camuflado bajo la carrocería del 405, al que lo llamaron Peugeot 405 T16, el triunfador de los años 1989 y 1990, bajo el comando de los pilotos finlandeses Ari Vatanen y Juha Kankkunen.
Porsche también tuvo su rol protagónico al trasladar su famoso 959 al Dakar, donde triunfó en 1986, mientras que el Toyota Celica Twincam Turbo ganó tres títulos entre 1986 y 1988 en el rally de Medio Oriente.
Pese a las dificultades que tuvieron que atravesar estos autos, es claro que eran obras de ingeniería llevadas a los límites de la imaginación que se convirtieron en modelos muy adelantados a su tiempo, pues el único propósito de los fabricantes era ser los más rápidos con los elementos de le época, lo cual además de ser un golazo en términos de ingeniería automotriz también supuso muchas víctimas fatales.
De todas formas, el punto final es que los autos del Grupo B son auténticas obras maestras de ingeniería automotriz, y cabe destacar en detalle a algunos de sus más históricos modelos:
Audi Sport Quattro S1
Este fue el primer auto del Grupo B al que se le incorporó tracción en las cuatro ruedas. No fue el más exitoso, pero si el favorito de la afición, por la ventaja que les sacó a sus competidores gracias a esta modificación. Además, contaba con novedades como elementos de Kevlar, Turbo KKK, caja de cambios de doble embrague PDK y varios elementos aerodinámicos que impedían al Audi S1 salir volando después que su potencia fue elevada a los 600 CV.
Contaba con un motor delantero longitudinal turbo comprimido de 2.1 litros, 5 cilindros, 20 válvulas y caja de cambios manual de 6 velocidades. Fue además el auto de Walter Röhrl, Hannu Mikkola y Stig Blomqvist.
Lancia Delta S4
En aquella época, Lancia fue el principal competidor de Audi, pero el Delta S4 llegó en 1985 demostrando que podría ser un verdadero campeón; lo malo vino en 1986, cuando además de ser derrotados frente a Peugeot perdieron a los automovilistas Henri Toivonen y Sergio Cresto, justo un año después de la muerte de Attilio Bettega.
Sin embargo, en lo que respecta al auto, la máquina era impresionante pues contaba con un motor de aluminio desarrollado por Abarth, el cual llegó a superar los 600 CV en el rally de Suecia ’86, pues contaba con un doble sistema de compresor volumétrico.
Esto era impresionante para un motor 1.7 litros de cuatro cilindros con 16 válvulas y caja manual de 5 velocidades, que llegó a alcanzar una aceleración 0-100 km/h en apenas 2,3 segundos.
Peugeot 205 T16 E2
Como ya se mencionó anteriormente, este fue uno de los autos más exitosos de varias categorías, incluyendo el Grupo B y el Dakar, con un motor turbo comprimido de 1.8 litros y 4 cilindros en línea sostenido por un chasis tubular y un espectacular alerón trasero, con un alcance de potencia que en 1986 superaba los 500 CV, suficiente para derrotar a los motores de Lancia y Audi en aquella época.
Aunque no era el más destacado de todos los motores, el Peugeot 205 T16 era el más completo por ser fiable, fácil de pilotar y reparar, así como efectivo en competencia. Además de los triunfos en el Dakar, este auto se llevó el campeonato de pilotos del Grupo B en 1985 y 1986.
Fuente: DiarioMotor