La primera interrogante tiene que ver con la programación de la movilidad autónoma, que debería proteger a peatones en las vías o a otros autos. Pero eso significa también que la máquina debe decidir cuando hacer una maniobra que puede poner en peligro a los pasajeros.
A decir de los expertos, este factor podría motivar a los compradores a no hacerse de un vehículo inteligente 100% autónomo, porque si bien es una buena opción para mejorar la seguridad en las vías, nadie arriesgaría su seguridad personal o la de su familia bajo este concepto.
Un estudio realizado en Estados Unidos por la revista Science se planteó esta interrogante, y la mayoría de los encuestados acepta que los vehículos autónomos tengan este tipo de comportamiento, en el que es preferible poner en riesgo a un pasajero que a 10 peatones, pero al mismo tiempo nadie compraría un auto que cumpla con este criterio.
Esto podría convertirse en un obstáculo para que los autónomos no se vendan masivamente en el mercado, pues evitarían accidentes por errores o negligencias humanas, las cuales causan un 90% de los accidentes de tránsito, pero no deja de causar temor que nuestro auto pueda matarnos.
Un equipo de investigadores del MIT, quienes participaron en el estudio, considera que los programadores se verán obligados a escribir algoritmos que anticipen estas situaciones. Sin embargo Azim Shariff, uno de los autores de la investigación, piensa que “habrán ocasiones en que las reglas generales entrarán en conflicto, y se tendrán que escribir algoritmos para ello”.
Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, explica que se avecina un debate en torno a quién debe tomar las decisiones sobre la moral de la inteligencia artificial de los autos: los consumidores, gobiernos o fabricantes.
Mientras tanto corporaciones que trabajan en movilidad autónoma, como Uber, Google, Volvo, Ford, entre otras, se organizan para la creación de un lobby, que tenga voz en las decisiones que llegarán con los vehículos autónomos.