De esta manera Mercedes-Benz se suma a otros fabricantes como Toyota, Honda o Hyundai en el desarrollo de propulsión a hidrógeno. Este diseño permite reducir en un 30 % el tamaño de la batería, con 90% menos platino que versiones anteriores, lo cual permite colocarla cómodamente en la parte baja del maletero sin afectar su espacio interior.
La batería de hidrógeno fue desarrollada en un esfuerzo conjunto con Ford. Las baterías se construyen en Canadá, de donde son enviadas a Alemania para el ensamblaje de los otros componentes del GLC F-CELL en la planta de Bremen.
La casa alemana no especificó el precio de su nuevo crossover, pero confirmó que una vez comercializado en los 3 primeros países previstos para su lanzamiento en 2017, el siguiente destino del GLC F-CELL será Reino Unido.