También existen otros factores que provocan que este elemento fundamental del motor se vaya deteriorando como el uso que se le de al vehículo, el clima, la humedad, etc. En estos casos, a veces no se respeta la cantidad de kilómetros sino el número de años de esta pieza, que ronda entre los cuatro o cinco años. Por esta razón, lo más aconsejable es que se revise la correa de distribución cada cuatro años para comprobar su estado, con el fin de detectar si se produjo algún desgaste.
Este elemento vital del motor por lo general está fabricado con caucho, goma y nylon, por lo que su desgaste es muy diferente a cualquier otra pieza del vehículo, lo que implica que se deba controlar con frecuencia su estado, a fin de evitar una posible ruptura inesperada.
Como ya sabes, la correa de distribución trasmite el movimiento desde el cigüeñal hasta el árbol de levas, sincronizando los cuatro tiempos del motor. En caso de desgaste de la misma, podría provocar daños en la culata, las válvulas y hasta en los pistones, provocando finalmente la rotura del motor.
Pero para evitar llegar a este punto, hay algunas señales que advierten la necesidad de reemplazar la correa de distribución. Por ejemplo, algunos ruidos en el motor que son inusuales y que se presentan mientras está en marcha, también pudiendo ser vibraciones. Otro síntoma que se puede distinguir a simple vista es si presenta grietas, lo que puede significar que la correa tiene varios años y se ha desgastado por el uso diario, o incluso por una instalación incorrecta. De todas formas, si presenta estas características se debe reemplazar por una correa nueva.
Sea cual fuere el caso, lo más importante es utilizar un buen repuestos para garantizar de esta manera el buen funcionamiento del motor. En este sentido, nuestra recomendación es visitar Mansuera en Ecuador, expertos en repuestos de calidad, todos con garantia. Esto, sumado a estos útiles consejos, asegurará que tu cliente cuente con su vehículo en las mejores condiciones.