Sexta fecha por el Campeonato Mundial de Fórmula 1, el Gran Premio de Mónaco, el más importante de todos, aquel que todo piloto desea ganar al menos una vez; y de acuerdo al aplastante dominio con el que Mercedes ha iniciado esta temporada 2019, en los papeles esta codiciada victoria estaba destinada únicamente para uno de los dos pilotos de la escudería alemana puesto que, luego de la sesión de clasificación en que Lewis Hamilton y Valtteri Bottas volvieron a monopolizar la primera fila de la grilla de partida, la incógnita era saber cuál de los dos se llevaría los laureles, y si, además, sería el sexto doblete consecutivo de seis posibles para las flechas de plata. Finalmente, fue Hamilton el ganador pero no hubo nuevo doblete ya que Bottas fue tercero con el Ferrari de Sebastián Vettel intercalado entre ambos.
Aunque Lewis Hamilton suele exagerar un poco con algo de show y drama cuando las cosas se le complican, haciéndonos pensar, incluido a su equipo, que la situación es más complicada de lo que realmente es, definitivamente que fue una carrera difícil para Lewis, con sus neumáticos al límite de durabilidad, y un Max Verstappen “respirándole en la nuca” durante toda la carrera pero, al final, el pentacampeón volvió a salir airoso para llevarse así su cuarta victoria del año frente a las dos de Bottas, la tercera en Mónaco, y la # 77 en F1, mientras que para Mercedes fue la sexta de seis posibles en la que va de la año.
Es conocido que cuando se consigue la Pole Position en Mónaco, la carrera está ganada en un solo 50%, si no es más, y Hamilton se ganó ese primer 50% por 86 milésimas de segundo sobre su coequipero Bottas en la clasificación. El otro 50% está en tener una buena partida y salir de la primera curva manteniendo la punta, y eso es exactamente lo que hizo Hamilton para llevarse esta nueva victoria pese a que en el tramo final del Gran Premio debió penar con sus neumáticos al límite de adherencia, lo cual le puso en grandes aprietos frente a Max Verstappen y Sebastián Vettel que, aunque más veloces que el británico, no pudieron pasarlo porque simplemente, eso, en Mónaco es muy difícil por no decir imposible, sobre todo cuando el rival a superar se llama Lewis Hamilton. Y la razón para que Lewis estuviera en tantos aprietos es porque, cuando se dio el Safety Car y la neutralización de la carrera debido a los pedazos de carrocería del Ferrari de Charles Leclerc esparcidos por la pista tras su reventón de llanta, mientras que a Vettel y a Verstappen les montaron llantas de compuesto duro para definitivamente ir hasta el final de la carrera sin un segundo cambio, en Mercedes se equivocaron en su apreciación y les montaron a sus dos pilotos los medios que, aunque lograron resistir hasta la bandera a cuadros sin mostrar lonas, durante las últimas 20 vueltas perdieron toda su eficiencia mientras que los neumáticos de Verstappen y Vettel todavía tenía vida; así como los de Bottas que tras el incidente en los pits con Verstappen que le pinchó la rueda trasera derecha y le obligó a regresar a boxes para cambiar la llanta dañada, Mercedes decidió, ahora sí, mostrarle los neumáticos de compuesto duro como los de Verstappen y Vettel. Así entonces, Lewis tuvo que extremarse en una conducción limpia, sin errores, y cuidando de sus llantas. Para ello, el británico tuvo que bajar el ritmo de carrera, claro, algo que solo en Mónaco se puede hacer sin perder la posición debido a las dificultades que se tiene para pasar a un rival, pero que a la vez exige de mucha concentración del piloto basada en su talento y experiencia, que a Lewis Hamilton, evidentemente no le falta.
Volviendo con el incidente entre Verstappen y Bottas, la verdad que la sanción de 5 segundos a su tiempo final de carrera fue justa pero era algo que tanto Verstappen como Red Bull si debieron intentar ya que, era la única manera de que Max pudiese adelantar a Valtteri, y de hecho, por poco lo logran. En una calle de pits menos estrecha la decisión de dejarlo salir del box pese a que venía Bottas hubiese sido del todo exitosa, pero acá en los pits de Mónaco faltó espacio para que Valtteri no se golpeara contra el muro dañando su rueda trasera derecha, lo cual le costó al finlandés tener que regresar a pits y con eso perder dos posiciones frente al propio Verstappen y frente a Vettel también. Al menos Bottas pudo recuperar una posición con la sanción a Verstappen. De esta forma, el holandés cayó del segundo al cuarto puesto mientras que Valtteri subió al tercero detrás de Vettel finalmente segundo. Es ahí entonces donde Mercedes perdió el sexto 1-2 que en condiciones normales tenía que haberse dado.
Y a propósito de Vettel, que fue justamente quien se benefició de dicho incidente entre Bottas y Verstappen y la correspondiente penalización a este último para subir al segundo puesto intercalándose entre los dos Mercedes, el alemán de esta manera salvó los muebles para Ferrari , no solo porque está claro que el SF-90 no tiene la velocidad suficiente para rivalizar mano a mano con el W-10 de Mercedes, sino además por el inaceptable error en la clasificación que dejó fuera de la Q2 a Charles Leclerc al confiarse sus estrategas de que el tiempo que ya había hecho el monegasco era suficiente para acceder a la segunda tanda de clasificación, ¡Un error que no es la primera vez que le sucede a Ferrari! Simplemente inadmisible, lo cual solo refleja lo mal que anda la escudería a la interna y en su manera de gestionar las carreras. Definitivamente me da la impresión que el cargo de máximo director del equipo le está quedando algo grande a Mattia Binotto, quien, más que un “Team Mananger” es un director técnico, por lo que está cumpliendo una doble función que evidentemente lo está sobrepasando, y las consecuencias saltan a la vista. Un auto 2019 que no es el auto ganador que debía ser, y un manejo de equipo tanto dentro como fuera de la pista que muestra claramente sus deficiencias, por consiguiente habrá que pensar en una nueva reestructuración, una más. Quizás haber despedido a Maurizio Arrivabene no parece haber sido una decisión acertada. En Ferrari parece que ya se lo empieza a extrañar.
Largando desde la décima sexta posición en la grilla y en un circuito tan difícil para pasar a un rival, resultó ser una situación cruel para el “pobre” Charles Leclerc, más aún corriendo en casa; y claro, con su juventud, falta de experiencia, y lleno de frustración, Charles arrancó la carrera “con la sangre en el ojo” y decidido ir a recuperar posiciones lo más rápido posible. Consiguió dos adelantamientos al límite, al tercero golpeó los rieles, daño un neumático que a su vez destrozó parte de la carrocería de su Ferrari, lo que cual se tradujo en un irremediable abandono. Un fin de semana para olvidar para el joven y talentoso Leclerc que empieza a sentir la presión de ser piloto Ferrari.
El francés Pierre Gasly fue quinto pero sin lograr aún engancharse al vagón de los punteros en donde sí está su coequipero Verstappen, y el primero de los segundos esta vez fue Carlos Sainz con su Mclaren – Renault, cada vez más competitivo tras una gran carrera en que el español logró imponerse ante Daniil Kwiat y Alexander Albon, ambos de gran actuación también con sus Toro Rosso, sexto, séptimo y octavo respectivamente, mientras que el ganador aquí el año pasado, Daniel Ricciardo, fue noveno con su Renault, de igual manera lejos del rendimiento esperado debido a un auto que no acompaña, por delante de Romain Grosjean y su Hass Ferrari, cerrando el top 10.