Si bien las condiciones de seguridad en los súper autos de la Fórmula 1 han evolucionado a lo largo de su historia, no es desconocido que la cabina del piloto es un sitio de riesgo: al conductor solo le protege su casco, lo cual se ha convertido en un serio debate al interior de la FIA y la organización de la F1, y ha llevado a la implementación de nuevas medidas para la temporada 2017.
En las últimas semanas Kimi Raikkonen, de la escudería Ferrari, realizó pruebas sobre un prototipo de protección llamado halo, que consiste en una estructura de fibra de carbono de tres puntas que se coloca en la cabina del piloto. Un diseño proporcionado por Mercedes junto a FIA, que protegería a los conductores en el caso de que un neumático golpeara al auto a más de 200 km/h.
Tras las pruebas, Raikkonen señaló que la visibilidad al conducir no se ve afectada con el halo colocado en el auto, mientras que otros equipos de la F1 se han mostrado favorables ante esta posibilidad. La FIA, sin embargo, no tiene al halo como única opción de seguridad para el ‘cockpit’ de los autos. Además de este elemento, se han hecho pruebas con tres barras que se extienden desde el frontal del auto hasta la parte donde apoya la cabeza el piloto, éstas pueden curvar y expulsar el objeto en otra dirección. Otra opción es una especie de tres carriles que se situarían justo frente al piloto y harían que cualquier pieza lanzada contra él a gran velocidad se eleve directamente sobre su cabeza, lo cual tendría menos impacto aerodinámico que las dos soluciones anteriores.
Por su parte, el equipo Red Bull presentó a la FIA una suerte de toldo de protección para los pilotos, aunque no se han especificado detalles sobre el diseño, mientras que McLaren planteó un diseño totalmente nuevo de un prototipo de auto de Fórmula 1, donde se contemplarían estas medidas.