Si eres seguidor de los super autos Lamborghini, hoy queremos contarte la historia de un todo terreno que intentó conquistar el Dakar. Se trata del modelo LM002, una bestia con corazón V12 y frenos traseros de tambor, al puro estilo de Lamborghini.
Este gigante italiano no fue creado para competir, su producción estaba destinada para formar parte del ejército de Estados Unidos. Sin embargo, sus prestaciones mecánicas lo alejaron de una vida militar y le abrieron la puerta al mundo de las carreras. Pese a no ser un hijo ilustre de la familia Lamborghini, el LM002 se destacó por su motor V12 de 5,2 litros y sus seis carburadores Webber.
Para muchos, este modelo carecía de estética y aerodinámica, pues guiados por el prejuicio que Lamborghini solo fabricaba superdeportivos, el LM002 parecía un primo lejano de un Land Rover Discovery. Después de perder un contrato millonario que dejó a “Automobili Ferruccio Lamborghini” al borde de la quiebra en 1973, sumado el fallido intento por crear un auto para el ejército estadounidense en 1980; era necesario que la marca italiana repotencie su modelo.
Para lograr su objetivo el auto fue sometido a varias modificaciones; por lo tanto, se crearon dos versiones, una de competencia y una destinada a la conducción diaria. Aunque la versión familiar le dio grandes ingresos a Lamborghini, el fabricante italiano centró la mayoría de sus esfuerzos en la competición off-road más difícil del mundo.
La primera prueba fue el histórico Rally Acrópolis, donde consiguió acabar la prueba en una sorprendente décima posición en la categoría Maratón a pesar de estar casi en condiciones de serie. Después de casi un año donde recibió modificaciones sustanciales, por ejemplo, sus carburadores Webber fueron reemplazados por un sistema de inyección, se instalaron neumáticos diseñados especialmente por Pirelli y se realizó una considerable reducción en su peso; el gigante italiano estaba listo para competir en el Dakar.
El auto fue inscrito en el Dakar del 96′, dentro de la categoría Prototipo, donde tendría que competir con el Citroën ZX Rallye Raid y el Mitsubishi Pajero T3. Pilotado por Sandro Munari y Mario Mannucci, este poderoso Lamborghini debía ganar la carrera y demostrar su superioridad sobre otros modelos similares.
Después de la largada inicial el auto hacía gala su excelente nivel de ingeniería que había en sus prestaciones, y la fiabilidad de su enorme V12 le permitía viajar a más de 180 km/h por las dunas de desierto. Sin embargo, tenía un talón de Aquiles, y este era su suspensión, pese a la considerable reducción de su peso, el auto aún era muy pesado, presionando demasiado los amortiguadores con cada bache y salto. Después de utilizar al menos 24 amortiguadores en solo la mitad de la carrera el equipo Lamborghini decidió abandonar la competencia por falta de repuestos.
Sin duda, la historia de este todoterreno es interesante sin un final feliz, tal vez su refinada naturaleza no le permitió ser considerado como un favorito, pues nunca gozó del reconocimiento de los medios como un verdadero rally car. Desde luego, potencial no le faltaba.
Fuente nota: Planeta del motor.
Fuente imágenes: Planeta del motor.